Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

Resurrección consciente

Del número de abril de 2013 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Original en portugués


 Recuerdo las soleadas tardes de mi niñez, cuando mi mamá me llamaba para que la ayudara a cuidar de las plantas ornamentales que ella cultivaba en nuestro jardín de atrás. El trabajo consistía en cavar el suelo, quitar los yuyos y regar las plantas, que en poco tiempo respondían a ese tierno cuidado con nuevas hojas y brotes. Me llenaba de alegría ver esta renovación manifestada de manera tan abundante y exuberante.

Posteriormente, a través del estudio de la Biblia, adquirí un concepto diferente de renovación. El “Predicador” dice en Eclesiastés: “He entendido que todo lo que Dios hace será perpetuo; sobre aquello no se añadirá, ni de ello se disminuirá” (3:14). El Predicador también menciona: “Aquello que fue, ya es: y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó” (3:15). Esta comprensión produce una transformación en el pensamiento y, como consecuencia, alcanzamos una renovada visión del bien divino e infinito, que siempre ha existido y está continuamente a nuestro alcance para que lo disfrutemos. También aprendí que no hay acrecentamiento en el proceso de crecimiento y curación espiritual, sino que más bien lo que ocurre es la revelación de nuestro verdadero ser como la imagen y semejanza espiritual de Dios, que era, es y siempre será perfecta, completa y eterna.

Ahondar en estos conceptos me llenó de inspiración y trajo mucha serenidad a mi existencia. A menudo enfrentamos situaciones que nos llevan a hacer cambios. Es posible que no nos sintamos preparados para ellos, debido al temor, la inseguridad o la obstinación. Cuando enfrentamos cambios lo mejor es considerarlos como oportunidades para lograr renovación y progreso. En dichas ocasiones es importante expresar humildad, lo que puede liberarnos de la ilusión de que somos creadores de nuestras vidas o de nuestro destino, y ayudarnos a comprender que brillamos, pero con la luz que reflejamos de nuestro infinito Padre-Madre Dios, a quien pertenecen todo el poder y todo el bien. Reflejamos todas las cualidades y habilidades de Dios. Todo lo que tenemos son dones de Dios y sin Él nada seríamos.

Iniciar sesión para ver esta página

Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / abril de 2013

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.