La espiritualidad y la religión me habían interesado desde que era niña. Pero no lograba entender por qué mi familia estaba siempre afligida por el sufrimiento, las enfermedades y otros problemas.
Conocí la Ciencia Cristiana en 2011, al asistir a una conferencia de la Ciencia Cristiana. Desde entonces, mi vida ha cambiado. Empecé a concurrir a la filial de la Iglesia de Cristo, Científico, en Blumenau, a la que me afilié al año siguiente. Y en 2013 tomé instrucción de Clase de la Ciencia Cristiana y me hice miembro de La Iglesia Madre.
He tenido muchas bendiciones desde que comencé a asistir a los servicios religiosos de la iglesia de la Ciencia Cristiana y a practicar sus enseñanzas. Una de las primeras curaciones que tuve después de comenzar a estudiar esta Ciencia, fue de un fuerte dolor abdominal, del cual había estado sufriendo durante varios meses. Esto era en realidad una condición recurrente debido a unos quistes que tenía en un ovario, y que había tratado anteriormente sometiéndome a cirugía. En aquella ocasión, ya hace diez años, el médico me dijo que aunque habían quitado el quiste más grande, quedaban algunos pequeños que podían crecer con el tiempo, razón por la cual yo podía volver a sufrir de ese problema otra vez.
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