Todos están durmiendo, y es una noche de paz. Realmente, es ¡una noche de amor! Los pastores están cuidando de sus rebaños. De pronto, un ángel les dice que ha nacido un niño, no lejos de donde ellos están, en un pueblo llamado Belén. Él es el Salvador prometido. Y de repente una multitud de ángeles da a los pastores este maravilloso mensaje: “¡Gloria a Dios en los cielos! Porque trae paz al mundo y colma a la gente de amor” (Lucas 2:14, Hoffnung für alle [Biblia Esperanza para todos] © 1983, 1996, 2002 by Biblica Inc.TM. Usada con permiso del editor Fontis - Brunnen Basel).
La Biblia nos dice que los pastores prestaron atención al mensaje, y de inmediato se fueron para Belén. Y en verdad, cuando llegaron allí, encontraron un establo donde estaban María, José y el niño Jesús. Los pastores dieron a conocer las buenas nuevas a todos, acerca de las cosas maravillosas que el ángel les había contado del niño, y ellos también adoraron y glorificaron a Dios por este suceso maravilloso.
¿Has visto alguna vez un pastor? Si lo has visto, puede que ya sepas lo que hace un pastor. Si no lo has visto, ¡no te preocupes! Voy a tratar de explicarte porqué un pastor y su trabajo son tan especiales. Un pastor vigila y protege. Su trabajo consiste en estar largos períodos de tiempo esperando atento y en silencio. Las ovejas necesitan protección y guía. Cuando las ovejas pastan o beben, el pastor las vigila. Cuando las ovejas duermen, el pastor presta atención a lo que los rodea. Un pastor tiene que estar alerta y ser receptivo. Tiene que estar preparado para actuar con rapidez. El pastor trabaja al aire libre, en grandes espacios abiertos. Un pastor tiene que ser confiable y estar dispuesto a asumir la responsabilidad. Siente alegría por la vida, y sabe escuchar muy bien.
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