Una profesora de psicología de la Universidad de Harvard, Ellen Langer, tenía una intuición acerca de la naturaleza mental de las limitaciones conectadas con la edad. De modo que en 1979 diseñó un experimento para probar su hipótesis (véase Ellen Langer, Counter clockwise, Hodder, 2010).
Para este experimento, se seleccionó un grupo de hombres de edad avanzada y se les pidió que vivieran juntos por una semana en un lugar que estaba totalmente remodelado para que se viera como en el año 1959 (veinte años atrás). Los participantes aceptaron las reglas del juego que requerían que vivieran una vez más el año 1959 plenamente. Debían volver a ser la persona que eran veinte años antes.
La profesora registró, una semana más tarde, algunos interesantes efectos. Explicó que los participantes tenían mejor sentido del oído, mejor memoria. Saludaban con un apretón de manos mucho más fuerte. Eran más flexibles y más ágiles.
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