Quiero aprovechar la oportunidad para expresar mi profunda gratitud por la Ciencia Cristiana, por la gracia, la guía y el cuidado de Dios.
Conocí la Ciencia Cristiana hace muchos años gracias a una buena amiga. Me dediqué a esta forma de vida de todo corazón, con alegría y entusiasmo. Las curaciones que tuve a lo largo del camino, con el tiempo también convencieron a mi familia para que estudiara la Ciencia Cristiana y caminara por esta senda conmigo. Nuestra familia tuvo hermosas curaciones, algunas de ellas fueron instantáneas. Otras tomaron más tiempo y requirieron paciencia y diligente oración.
En incontables ocasiones fui testigo de que el amor y la guía de Dios siempre nos rodeaban y protegían a mi familia y a mí. Al saber y reconocer el hecho de que Dios, el bien, es todopoderoso, y que Su voluntad se hace universalmente, llegamos a la comprensión de que Su voluntad también incluye un plan completo y perfecto, y un camino para cada uno de Sus hijos.
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