Nuestro Maestro, Cristo Jesús, dijo: “El reino de Dios no vendrá con advertencia, ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros” (Lucas 17:20, 21).
Una vez, mientras pensaba acerca de las palabras de nuestro Maestro, esta pregunta vino a mi mente: Si el reino de Dios está dentro de mí ¿cómo es posible que yo pueda vivir en el reino de Dios? En mis oraciones y estudio de la Ciencia Cristiana, encontré que esta declaración que Mary Baker Eddy hace en Escritos Misceláneos 1883–1896, es muy útil: “¿Qué es el reino de los cielos? La morada del Espíritu, el reino de lo real. Allí no existe materia, no hay noche —nada que haga o diga mentira. ¿Está muy distante este reino? No: está aquí, siempre presente”. Y ella continua: “La primera en declararse en contra de este reino es la materia. ¿Puede llamarse herejía a aquello que aboga por el Espíritu —el Todo de Dios, y Su omnipresencia?
“Este reino de los cielos es el reino de la Ciencia divina: es un estado mental” (pág. 174).
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