Mary Baker Eddy escribe en su obra principal, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras: “Pocas personas comprenden lo que la Ciencia Cristiana quiere decir con la palabra reflejo…. Al hombre mortal le parece que él mismo es sustancia material, mientras que el hombre es ‘imagen’ (idea)” (pág. 301). Esta verdad —de que el hombre es “imagen (idea)”— es la llave que nos abre la puerta del entendimiento para comprender el versículo 27 del primer capítulo del Génesis: “Creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”.
Hace muchos años este conocimiento me ayudó a tener una maravillosa curación. Yo era bastante nueva en la Ciencia Cristiana, y acababa de empezar a asistir a una Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana, donde estaba aprendiendo que yo era la hija amada de Dios. El concepto de que el hombre es la idea de Dios y expresa cualidades espirituales, significaba mucho para mí.
Un hermoso día de invierno, hicimos con mi clase del colegio un viaje a un pueblo cercano en las montañas. Algunos estudiantes llevaron sus esquíes y otros sus trineos. La maestra había probado las laderas con sus esquíes, pero se había olvidado de ver las condiciones de la colina para los trineos. Después de llegar arriba de todo, aquellos de nosotros que habíamos llevado trineos comenzamos a deslizarnos colina abajo. De pronto, vimos que la colina terminaba en una ruta asfaltada.
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