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¡Muy buenas vacaciones!

Del número de junio de 2016 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Original en francés


Durante varias semanas, habíamos planeado pasar dos días de nuestras vacaciones en el Futuroscope, un parque de diversiones situado a unos 450 km de mi ciudad natal en el sur de Francia. Mi hermano, mi hermana y yo estábamos de lo más entusiasmados.

Pero el día de la partida, cuando íbamos saliendo para el viaje de cinco horas en coche con mi abuela, me enfermé: Me dolían la cabeza y la garganta, y me sentía somnoliento y muy afiebrado.

Se lo conté a mi abuela, y ella de inmediato me dijo que no me preocupara, porque íbamos a ver esta situación, no de acuerdo con la información que daba el cuerpo, la materia y sus sensaciones, sino a la luz espiritual de las enseñanzas de la Biblia y de la clave que nos da Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras por Mary Baker Eddy.

Yo sabía que Dios es bueno, y que Él es Todo y está en todas partes. Por lo tanto, el mal no podía tener lugar o poder. Mi abuela y mis padres me habían enseñado esto durante años, y también lo estaba aprendiendo en la Escuela Dominical. Yo también sabía que era mucho más que un cuerpo físico, porque fui creado a imagen de Dios, espiritual y perfecto.

Dije esto en voz alta para compartir estas ideas con mi familia, pero el movimiento del auto me adormecía. Mi hermano o mi hermana, no sé cuál de ellos, le preguntó a mi abuela, “Pero si Alexandre está enfermo mañana, ¿qué vamos a hacer?” Ella respondió: “Bueno, si Alexandre está enfermo, nos quedamos en el hotel con él; pero si se cura, vamos al parque como estaba planeado”. Los tres nos sentimos muy disgustados cuando escuchamos esto. ¡De ningún modo queríamos quedarnos en el hotel cuando habíamos planeado divertirnos!

Entre los cuatro, hablamos acerca de Dios, Su amor, Su poder. Oramos juntos el Padre Nuestro, y mi abuela nos hizo pensar en algunas ideas que nosotros aceptamos. Era domingo, y por la mañana, habíamos cantado un himno en la iglesia. Mi hermano dijo: “Abuelita, ¿podrías cantar el himno que cantamos esta mañana en la iglesia? Me gusta mucho, pero no sé muy bien la letra”. Y allí estuvimos cantando con ella.

Después de eso, todos nos sentimos tranquilos y seguros, confiando en el bien siempre presente. De ahí en adelante, solamente esperábamos el bien, porque Dios es bueno y es todo-acción. Me quedé dormido en el coche. Llegamos a la hora de la cena, y el plan era ir a comer a un restaurante de “piratas”.

Me sentía mucho mejor y, apoyándome en el hecho de que soy perfecto porque Dios es perfecto, decidí seguir adelante con lo que estaba planeado para esa noche. Yo no tenía mucho apetito, pero encontramos un plato que me gusta mucho, lo que me ayudó a comer la cena. Mis hermanos estuvieron muy atentos a mis necesidades, y los cuatro nos mantuvimos unidos en el mismo pensamiento: Dios no conoce el mal, por lo tanto, Sus hijos tampoco pueden conocerlo.

Fui el primero en darme una ducha y el primero en ir a la cama, y estábamos todos unidos en el mismo deseo de afirmar la presencia del bien para todos. Oramos juntos. Ya nadie más estaba haciendo preguntas acerca del día siguiente. Yo sabía que mi abuela me estaba apoyando y yo tenía mucha confianza.

A la mañana siguiente, después de dormir bien toda la noche, me sentí mucho mejor, casi muy bien. Comí el desayuno y nos fuimos. Aprovechamos el tiempo en el coche de camino al parque para reafirmar las verdades de las que habíamos hablado el día anterior, acerca del amor de Dios por todos y que Dios nos está bendiciendo a todos siempre. Estábamos allí para expresar alegría, armonía, salud. Nada podía impedir que viviéramos estas cualidades. Era un hermoso día y todos estábamos muy contentos. Esto tomó el control de mi pensamiento y me sentí feliz.

Ya hacía una hora que estábamos en el parque, y a pesar de que todavía tenía algunas dificultades leves, me sentía eufórico. Mi hermano comentó más tarde que yo era el que los dirigía, caminando a buen ritmo. No hace falta decir que tuvimos dos días geniales.

Al continuar con nuestro viaje de vacaciones, fuimos a la casa de unos amigos, y tan pronto llegamos, yo fui a jugar al fútbol en el patio de atrás, disfrutando plenamente de mis vacaciones.

Doy gracias a Dios por Su amor y poder, que están siempre presentes. Doy gracias a mi familia por su apoyo, así como a mis maestros de la Escuela Dominical. Estoy feliz de ser miembro de La Iglesia Madre.

Original en francés

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