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Hago senderismo con total libertad

Del número de junio de 2016 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Original en alemán

Publicado originalmente en el Christian Science Sentinel del 11 de enero de 2016.


Nuestra excursión por el norte de España comenzó estupendamente, con largas caminatas a través de unos paisajes hermosos, y mucha gente bondadosa a lo largo del camino. Sin embargo, después de unas dos semanas, me empezó a doler el centro del pie derecho. Al principio no le presté mucha atención, pero al día siguiente, el dolor era más intenso y me costaba caminar.

Como soy estudiante de la Ciencia Cristiana y he tenido otras curaciones al comprender más a Dios y mi relación con Él, ese día me concentré en Dios, el bien, y permití que el poder de esa bondad divina llenara mi pensamiento. No obstante, otros senderistas notaron que me costaba caminar normalmente, y se la pasaban diciendo que el dolor en mi pie era señal de que había hecho demasiado esfuerzo y tenía que descansar.

A principios de ese año, había tenido un problema similar con ese pie. En aquel momento, el dolor me había forzado a dejar de entrenar para una importante carrera de larga distancia. Mi temor se agudizó. ¿Qué pasaría si tenía que interrumpir mi viaje antes de tiempo por la misma razón? ¿Qué pasaría si le arruinaba el viaje a mi amiga que estaba haciendo la caminata conmigo, porque yo ya no podía caminar?

No era fácil, pero mientras continuaba caminando, también estaba orando y tratando de escuchar los pensamientos de Dios que podían ayudarme. Al orar me vino a la mente parte del primer versículo del Himno 148 del Himnario de la Ciencia Cristiana:

No teme cambios mi alma
       si mora en santo Amor;
segura es tal confianza,
       no hay cambios para Dios.
       (Anna L. Waring, Hymn Nº 148, traducción español © CSBD)

Sentí un alivio muy grande cuando recordé que el amor de Dios me sostiene y me mantiene a salvo constantemente. Dios jamás se olvida de mí, sino que siempre me mantiene perfectamente, espiritual y sana. A medida que continué caminando, me aferré a estos pensamientos y traté de no permitir que me embargara el temor, aunque no siempre fue fácil. Si bien el dolor no había desaparecido, por lo menos pude terminar el senderismo ese día.

No obstante, cuando llegamos al hostal y me senté, el dolor se agudizó otra vez, y me di cuenta de que el pie estaba inflamado. Empecé a orar con más firmeza. En Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, Mary Baker Eddy escribe: “Dios descansa en acción. Dar no ha empobrecido, jamás puede empobrecer, la Mente divina. Ningún agotamiento resulta de la acción de esta Mente, de acuerdo con la comprensión de la Ciencia divina. El descanso más elevado y más dulce, aun desde un punto de vista humano, está en la labor sagrada” (págs. 519–520).

Me di cuenta de que el agotamiento del que todos hablaban, expresado en debilidad y dolor en mi pie, no formaba parte de mí. Yo no era material, ni actuaba separada de Dios. Toda acción era la acción de la Mente, espiritual, indolora y libre de limitaciones. Me fui a la cama, aferrándome a estos pensamientos edificantes y tranquilizadores.

A la mañana siguiente, mi pie ya no estaba inflamado. Empecé la caminata y mantuve mi pensamiento enfocado en otra idea de Ciencia y Salud que me encanta: “Dios expresa en el hombre la idea infinita desarrollándose a sí misma para siempre, ampliándose y elevándose más y más desde una base ilimitada” (pág. 258). Me sentí muy agradecida, no solo porque mi pie estaba bien ese día, sino también porque el dolor jamás volvió a manifestarse. ¡Terminamos nuestro viaje con mucha alegría!

Estoy verdaderamente agradecida por la Ciencia Cristiana y esta curación. A veces es tentador creer que las limitaciones son parte de nuestra existencia y que nos impiden expresarnos libremente. Pero la Ciencia Cristiana me ha enseñado que como tenemos nuestro ser en Dios, nuestras vidas son ilimitadas, completamente libres.

A menudo pienso en las ideas que fueron tan significativas para mí durante esta experiencia, y las aplico cuando me entreno para correr. Continúo aprendiendo más acerca de la calmada acción de Dios, y la manera en que nos cuida y nos mantiene a salvo bajo toda circunstancia.

Fenja Gerpott, Frankfurt

Original en alemán

Publicado originalmente en el Christian Science Sentinel del 11 de enero de 2016.

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