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Oración por los Juegos Olímpicos

Del número de agosto de 2016 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Original en portugués


Sentada en el suelo, con los ojos pegados a la pantalla del televisor, me sentía impresionada con los rápidos y precisos movimientos de gimnastas como Nadia Comaneci y Olga Korbut. Aquel día vi el desempeño de Comaneci en las barras asimétricas, que la transformaron en la primera gimnasta en recibir un puntaje perfecto de 10, durante un evento de gimnasia olímpica. Desde mi casa en São Paulo, Brasil, yo sentía que estaba en Montreal en 1976. Fue mi primer encuentro con un evento deportivo mundial de ese calibre, antes de mi adolescencia. 

Desde entonces, me han fascinado los Juegos Olímpicos de Verano. Me enseñan lecciones sobre resistencia, gracia, fortaleza y la capacidad que todos tenemos para superar el temor y la limitación. Observar a los atletas en acción, me ayuda a entender  lo verdadera y práctica que es esta declaración de Mary Baker Eddy: “Las proezas del gimnasta comprueban que ha dominado latentes temores mentales. La devoción del pensamiento a un logro honesto hace el logro posible” (Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, pág. 199).

Como los Juegos Olímpicos de este año se celebran en Brasil, mi tierra natal, me siento aún más interesada en el evento de lo que me sentía en aquel entonces, y he estado orando específicamente por algunos de los desafíos que el país y la ciudad anfitriona, Río de Janeiro, están enfrentando. A Río la llaman la ciudad de las maravillas por su belleza natural. Pero las maravillas naturales que yo espero ver antes, durante y después de los Juegos son cómo se superan los temores y, especialmente, cómo se demuestra la ley inalterable del gobierno armonioso de Dios, para todos. Espero que los atletas y sus delegaciones, organizadores, visitantes y voluntarios, así como los ciudadanos brasileños en general, sean testigos de los efectos siempre presentes de esta ley divina de la armonía, manifestada al expresar sabiduría, y en la seguridad y salud de todos los que asistan.

En general hay cierta preocupación de ir a Brasil para los Juegos por varias situaciones que aparecen en las noticias. Hablé con João Pedro da Silva, miembro del equipo nacional brasileño de balonmano, quien competirá en los Juegos. Da Silva, que ahora vive en Francia, está orando para superar el temor al terrorismo después de haber presenciado las consecuencias de los ataques terroristas en París, el año pasado. El amor que Da Silva tiene por Dios y su confianza en Él lo han ayudado a sentirse a salvo, y le han permitido demostrar que la sabiduría de Dios gobierna incluso su rutina diaria. Él espera ver orden y tranquilidad durante los Juegos, y está orando por la seguridad de los que asistan, confiando en que Dios protegerá y guiará a todos.

Nuestras oraciones por los Juegos Olímpicos pueden ayudar a elevar la atmósfera del pensamiento, y destruir el temor, reconociendo la operación de la ley omnipotente de Dios. Cristo Jesús nos dio ejemplos de cómo la aplicación de la ley divina trae grandes bendiciones, especialmente cuando pudo alejarse ileso de una multitud que quería destruirlo (véase Lucas 4:28–30), cuando alimentó a multitudes (véase Mateo 15:32–38), y cuando, mediante la sabiduría, impidió que escribas y fariseos apedrearan a una mujer que había cometido adulterio (véase Juan 8:3–11). La Ciencia del Cristianismo explica que la ley espiritual de la armonía, cuando se comprende y se adhiere a ella en oración, destruye la discordancia y elimina los temores ocultos, oscuros o no reconocidos.

De modo que ahora la misma verdad está aquí hoy para que nosotros recurramos a la oración a fin de prevalecer sobre la discordancia, y establecer condiciones saludables y pacíficas. La forma de pensar correcta y la oración que reconoce la regla suprema de la armonía perpetua, anula las conclusiones temerosas e injustas acerca de lo que podría ocurrir en los Juegos. Mantener la ley de armonía de Dios presente en nuestro pensamiento, en relación a todos los aspectos de los Juegos Olímpicos, constituye una oración científica necesaria e importante. Superamos tanto los temores personales como los colectivos al ver la realidad espiritual de la creación de Dios. He aquí algunas formas específicas de combatir los temores latentes.

Superar el temor a viajar

Dios es omnipresente y nos gobierna a todos armoniosamente. La Biblia enseña que la presencia divina está con nosotros donde quiera que vayamos y siempre nos guía “en el camino eterno” (Salmos 139:24), el camino que Dios ha preparado, donde no hay riesgo, no hay casualidad, no hay peligro; solo armonía y paz. Saber que la Mente divina tiene siempre el control, cuidando de cada atleta, cada pasajero, cada piloto o conductor en todo momento, nos ayuda a reconocer que nadie está nunca solo o fuera del cuidado amoroso de Dios. Todos tienen la habilidad de sentir y experimentar la atmósfera segura del Amor divino. Estar en el Parque Olímpico, en hoteles, restaurantes, en las calles y playas, puede ser una experiencia segura, protegida de la contaminación o el contagio de cualquier tipo. El artículo “El contagio”, de Mary Baker Eddy, ofrece útiles ideas, incluso la declaración: “Un estado de ánimo pacífico y cristiano es un mejor preventivo contra el contagio que un medicamento o cualquier otro posible método curativo; y el ‘perfecto Amor’ que ‘echa fuera el temor’ es una defensa segura” (Escritos Misceláneos 1883–1896, pág. 229).

Superar el temor a la violencia urbana y al terrorismo

Ver a cada individuo como la imagen y semejanza de Dios, gobernada por Su ley de armonía, me salvó de sufrir daño en dos ocasiones cuando un hombre me apuntó con un arma. Podemos ayudar a otros y a nosotros también, si al escuchar reportes de violencia urbana o amenazas terroristas, vemos más allá del cuadro humano y afirmamos que Dios, el bien, es supremo. Saber con fervor, con entendimiento espiritual, que todos son en verdad la expresión de Dios, y por lo tanto, tienen dominio sobre los pensamientos tentadores y llenos de odio, no solo protege a los individuos, sino que también puede tener una influencia más amplia para ayudar a evitar que ocurran tragedias. Este tipo de oración puede también ayudar a evitar que haya inestabilidad política (que es una gran preocupación en Brasil) y que esta afecte a los juegos. Esta verdad incluye a todos, tanto a los civiles como a las autoridades, que pueden ser guiados espiritualmente a hacer lo correcto en el momento correcto, expresando sabiduría, por ejemplo, cuando establecen reglas, procedimientos y medidas de seguridad.

Vi esto expresado el día del partido final de la Copa Mundial 2014 en Brasil. Sentí armonía, alegría y seguridad en las calles de Río de Janeiro. Hasta los corresponsales de los medios, los turistas y los atletas elogiaron a los brasileños por su calidez y hospitalidad.

Primera Iglesia de Cristo, Científico, se encuentra tan solo a media cuadra del estadio, y algunos amigos y yo nos ofrecimos a abrir las puertas de la iglesia y servir sándwiches a más de 250 oficiales de policía que trabajan cerca. Durante el día, una oficial se me acercó y casi llorando me dijo: “¿Tiene algún calmante? Tengo un dolor muy fuerte”. Le dije que no, pero que ella había venido a una iglesia sanadora. Compartí con ella algunas ideas sanadoras, y le pedí que sintiera el amor que Dios sentía por ella. Dios ciertamente no había hecho que tuviera dolor, y ella estaba haciendo un buen trabajo sirviendo abnegadamente a su ciudad y país. Más tarde vino a verme otra vez y muy contenta me dijo: “¡Muchas gracias! El dolor desapareció muy pronto”.

Aquel día, nueve jefes de estado, entre ellos la Presidenta de Brasil, así como cantantes nacionales e internacionales, estuvieron presentes para la ceremonia final. Todo estuvo tranquilo y bien organizado. Y no espero nada menos para los Juegos Olímpicos.

Superar el temor a los accidentes

Nuestras oraciones por la armonía de los Juegos Olímpicos deberían basarse en el hecho espiritual de que los accidentes, lesiones y enfermedades, no son causados o creados por Dios; de hecho, son desconocidos para la Mente divina (véase Ciencia y Salud, pág. 424), y son imposibles bajo Su ley de armonía. Todos los atletas vienen a los Juegos no solo para expresar gracia, fortaleza, precisión, y sus muchas otras cualidades y habilidades, sino también para demostrar su amor por lo que hacen. La oración afirma que ningún temor o accidente puede impedir esta expresión.

Esa oración por todos los envueltos en el evento ayuda a elevar la atmósfera del pensamiento y a disminuir el temor de participar y actuar en estos Juegos. Bajo el gobierno de la ley divina, nadie puede estar lesionado o enfermo, o estar envuelto en ningún tipo de incidente negativo, y nuestra comprensión de la ley divina, ayuda a invalidar estas posibilidades. Cada persona envuelta en los Juegos, incluidos los espectadores, puede expresar alegría, camaradería y apoyo mutuo, debido a que todos pertenecen verdaderamente a Dios, por ser la imagen del Amor. Todos están a salvo bajo la protección divina.

Aquellos que comprenden la Ciencia Cristiana tienen una contribución inmensurable que hacer a estos Juegos Olímpicos y al mundo, al conocer, tener la expectativa y orar ferviente y diligentemente para que todos sean bendecidos por la ley de armonía y bien que gobierna las vidas individuales y todo el universo.

Original en portugués

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