Estoy en mi último año de la secundaria y vivo en Nicaragua. El año pasado, durante las vacaciones de la escuela, tuve la oportunidad de viajar a Suiza para visitar a mi prima y a su esposo, que tienen dos niños pequeños. Me quedé con la familia de mi prima durante dos meses y todos los días le ayudaba a mi prima con el cuidado de los niños.
Una noche después de cenar, lleve al niño de mi prima que apenas tenía dos años, al baño que está en el segundo piso para ayudarle a cepillarse los dientes. Después de lavarse los dientes, Marcos no quería caminar y me pidió que lo llevara cargado al bajar las escaleras. Así lo hice, pero yo llevaba puestos unos calcetines y al bajar las escaleras al primer piso, me resbale y pegué la cabeza contra la pared.
De inmediato me preocupé por Marcos y estaba tan pendiente de él, que ni siquiera pensé en mí. El esposo de mi prima vino corriendo y comenzó a revisar a Marcos. Al ver que él estaba bien, se volvió a mí y se asustó mucho de lo que vio. Yo tenía un chichón muy grande en la cabeza y él y mi prima me preguntaron que si quería ir al hospital.
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