Antes de conocer la Ciencia Cristiana, yo hacía lo mejor que podía con mi vida. Tenía una familia: esposo y tres hijos mayores. Todo parecía normal. Sin embargo, tenía mucho estrés, estaba lidiando con varias enfermedades (migrañas, una enfermedad en la tiroides, cirugías en las dos rodillas, más otros achaques), y mucha desarmonía en mi hogar.
Las relaciones familiares eran difíciles y muy tensas; tanto con mi esposo, como con mis hijos, así como con mi familia. Para colmo, nuestra aparente estabilidad económica se derrumbó. Mi esposo y yo teníamos serios problemas en el trabajo debido asuntos políticos en la universidad, donde habíamos estado trabajando durante 30 años. De modo que, él perdió su trabajo, y a mí me bajaron mi sueldo a la tercera parte. Trataron de hacer lo mismo a nuestros amigos que también trabajaban en la universidad, y no tuvimos más opción que dejar nuestros trabajos. Así que mi esposo y yo estábamos ahora en casa, sin tener empleo. La situación por momentos era muy difícil, ya que nunca antes habíamos estado en casa, sin trabajar.
Estaba enfrentando tantos problemas, que llamé a uno de mis hermanos, que hacía muchos años que estudiaba la Ciencia Cristiana. Mi hermano empezó a orar por nosotros. Yo también estaba orando porque conocía la bondad de Dios. Así que empecé a leer Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras por Mary Baker Eddy, bajo la guía de mi hermano.
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