A pesar de la severa subida, para esta autora debería haber sido un fin de semana escalando rocas sin incidentes. En cambio, experimentó un dramático ejemplo de la protección de Dios.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!