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Original Web

Exponer al impotente enemigo de la Iglesia

Del número de septiembre de 2025 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Apareció primero el 5 de junio de 2025 como original para la Web.

Publicado originalmente en francés


Es posible que te hayas preguntado: ¿A qué se debe la masiva disminución de los lugares de culto en los Estados Unidos, y en casi todo Occidente?

En 2021, la organización de encuestas Gallup informó que la membresía estadounidense en los lugares de culto había caído por debajo del 50% por primera vez desde que comenzaron a medirla en 1937, cuando era del 73%. El número de miembros se mantuvo cerca de ese nivel hasta principios del siglo XXI, cuando comenzó a disminuir progresivamente. 

Las iglesias de la Ciencia Cristiana no han estado exentas del ataque del materialismo, el cual nos haría buscar salud en un trote la mañana del domingo en lugar de un servicio sanador en la iglesia o en la Escuela Dominical; o tratar de encontrar alegría en ver algo entretenido en la televisión en casa, un miércoles por la noche, en lugar de escuchar y compartir testimonios de curación en la iglesia.

¡Las sugestiones de que la humanidad no necesita la iglesia y que la iglesia está fracasando son mentiras absurdas!

La humanidad anhela encontrar una fuente verdadera y confiable de salud más allá de las insatisfactorias opciones materiales, y los servicios de la iglesia de la Ciencia Cristiana incluyen oración e inspiradoras explicaciones de la Ciencia del Cristo, o la Verdad, y de cómo sanar espiritualmente. Además, en las reuniones de testimonios de los miércoles, se comparten relatos de curación de primera mano mediante la oración. La humanidad lucha por dar sentido a la vida, con sus numerosas vulnerabilidades e injusticias, y está sedienta de encontrar significado a la vida diaria y soluciones que traigan paz y armonía duraderas.

La Iglesia es una fuente de aguas vivas que fluye constantemente y puede aplicarse a todas las necesidades y trae curación y resolución. Más que una institución humana que alivia el sufrimiento y nos entrega a cada uno de nosotros el mensaje de nuestra unidad con Dios, el Principio divino, la Iglesia es “la estructura de la Verdad y el Amor; todo lo que descansa sobre el Principio divino y procede de él” (Mary Baker Eddy, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, pág. 583). La Iglesia no puede ser más sólida e inquebrantable que eso.

Resulta interesante que la Sra. Eddy, quien descubrió la Ciencia Cristiana y fundó su iglesia, también enfrentó desafíos a la prosperidad de la iglesia. Ella escribe en su autobiografía, Retrospección e Introspección: “Cuando era su pastora y ocupaba el púlpito cada domingo, mi iglesia aumentó en número de miembros y su crecimiento espiritual aumentó a la par que su creciente popularidad; mas cuando me vi obligada, por la acumulación de trabajo en el Colegio, a predicar sólo ocasionalmente, no se encontró en esa época ningún alumno que fuera capaz de mantener la iglesia en su armonía y prosperidad anteriores.

“Al examinar la situación cuidadosa y devotamente, advirtiendo la necesidad de la iglesia y la causa predisponente y ocasionante de la condición en que estaba, vi que la crisis había sobrevenido cuando se debía dedicar mucho tiempo y atención para defender esta iglesia contra la envidia y la vejación de otras iglesias, y del peligro para sus miembros que siempre es el concomitante de la lucha cristiana” (pág. 44).

El libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud, de la Sra. Eddy, revela que tales desafíos no son personales ni pueden resolverse con acciones meramente humanas. En cambio, enseña a los lectores a abordar la falsa influencia mental llamada magnetismo animal o mala práctica mental, y demuestra que, como todo pecado, enfermedad y muerte, es impotente y sin vida. En el capítulo titulado “El magnetismo animal desenmascarado”, el libro de texto muestra que Dios —el bien infinito— es el único y permanente poder, legislador y Vida. 

Tal vez te sientas tentado a preguntar: ¿Cómo puede parecer que algo impotente y sin vida sea capaz de destruir alguna cosa ? En respuesta a esta importante pregunta, he aquí una analogía.

¿Puedes pensar en algo más desprovisto de poder que una hoja muerta? Si caminas por una calle en otoño, ¡probablemente no tengas miedo de que una hoja muerta salte sobre ti y te muerda! Es impotente.

Pero ¿qué pasa si ignoras una acumulación de hojas muertas? En algunas partes del mundo, si vives en una casa rodeada de árboles, poco a poco las hojas que caen podrían bloquear la puerta de tu casa y esconderla. Estarías en posición de tener algo que carece de poder y restringe tu vida simplemente porque fue ignorado.

La influencia sin vida que ocultaría o incluso parecería enterrar a las iglesias está en realidad en la consciencia. Por lo tanto, necesita ser expuesto y abordado en el pensamiento. No se puede ignorar. 

La Sra. Eddy explica: “La prudencia de la serpiente consiste en ocultarse. La sabiduría de Dios, tal como se revela en la Ciencia Cristiana, saca a la serpiente de su escondrijo, la subyuga, y le quita su aguijón” (Escritos Misceláneos 1883-1896, pág. 210). Esta influencia impotente sobre tu iglesia puede tomar la forma de sugestiones de duda sobre la eficacia sanadora de la Ciencia Cristiana, de dependencia en medios humanos para hacer crecer una iglesia, de división entre los miembros o de una falta general de interés en Dios, la iglesia o la Ciencia Cristiana, solo por nombrar algunos. 

Estas sugestiones agresivas se encuentran en el pensamiento, primero, antes de que puedan ser experimentadas en nuestras vidas. La Sra. Eddy explica: “El magnetismo animal, en sus ascendentes pasos de maldad, seduce a su víctima con argumentos invisibles y silenciosos. Invirtiendo las modalidades del bien, con silenciosas y falsas atracciones contra la salud y la santidad, el magnetismo animal impulsa a la mente mortal a pensar en forma errada, …” (La Primera Iglesia de Cristo, Científico, y Miscelánea, pág. 211). 

Este error de pensamiento nos haría ignorar estas falsas sugestiones, e incluso podríamos sentirnos tentados a usar métodos y medios humanos para tratar de revertir la falta antinatural de interés en la Ciencia Cristiana causada por esta influencia mental falsa. Por ejemplo, ¿creemos que mejorar un edificio de iglesia, o renovar una Sala de Lectura o una Escuela Dominical, atraerá por sí misma a nuevos visitantes? Sin embargo, ¿quién puede ver un edificio renovado escondido detrás de un muro de “hojas muertas”? La experiencia ha demostrado que hasta que estas sugestiones materialistas no se aborden en el pensamiento, el progreso de la iglesia será, en el mejor de los casos, lento. 

La buena noticia es que barrer estas sugestiones agresivas pero infundadas a la luz de la idea divina y la comprensión de la Iglesia verdadera —“la estructura de la Verdad y el Amor”— hace que las iglesias sean visibles, atractivas para los visitantes y reaviva su crecimiento natural. También exige la “prueba de [la] utilidad [de la Iglesia]”, donde “se halla elevando la raza, despertando el entendimiento dormido de las creencias materiales a la comprensión de las ideas espirituales y la demostración de la Ciencia divina, así echando fuera los demonios, o el error, y sanando a los enfermos” (Ciencia y Salud, pág. 583).

Podemos rechazar la creencia de que el materialismo tiene algún poder para detener o cancelar la curación espiritual. Cristo Jesús nos asegura que conocer la verdad nos hace libres y trae curación (véase Juan 8:32). Conocer la verdad es saber que la única comunicación es de Dios hacia nosotros, y que las influencias materialistas son vacíos sin fundamento ni voz. Podemos percibir que el éxito de la iglesia no depende de una persona o personas, sino que siempre es cuidado y guiado por Dios, el labrador que planta y riega Su viña. Estas son solo algunas de las verdades que Dios provee e inspiran la obra de anular cada sugestión diabólica específica que pretendería alojarse en nuestra consciencia.

Este trabajo necesario de limpieza y barrido da buenos frutos. Por ejemplo, una Sala de Lectura de la Ciencia Cristiana que mantienen conjuntamente varias Iglesias de Cristo, Científico, en una gran ciudad, se enfoca en el trabajo metafísico dedicado como fundamento de la actividad de la iglesia. Cada día del mes, un miembro diferente ora por la Sala de Lectura para eliminar cualquier telaraña mental de falta de interés, escepticismo, prejuicio o mentalidad material, y para dar testimonio solo del poder y la presencia de Dios, la Verdad y el Amor. En la vidriera hay un letrero grande en inglés y español, dirigido a todos los visitantes, que asegura en letras en negrita: “¡Te amamos!”. Un cuenco con agua fresca que se deja afuera extiende este amor acogedor a los perros de los visitantes. El amor impregna los pensamientos y las acciones de estos trabajadores de la iglesia. Y nuevos visitantes vienen a la Sala de Lectura, todos los días. 

Otra área en la que barrer las hojas muertas trae buenos resultados, es en la oración para defender la atracción natural de los jóvenes hacia Dios y la iglesia. Un estudiante de bachillerato que asistía con regularidad a una Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana perturbaba repetidamente la clase, haciendo saber que no quería estar en la Escuela Dominical. Cuando se graduó del bachillerato se unió al ejército, se ofreció como voluntario para luchar en un conflicto armado, y dijo que no le importaba si vivía o moría. Durante estos años, su madre oró, sabiendo que él era inseparable de Dios. Más tarde, contó que durante su servicio en la guerra, pudo sentir esas oraciones. 

Un día, después de ser gravemente herido por una granada, tuvo la convicción de la totalidad y la bondad de Dios, y no sintió dolor. Los médicos del ejército no esperaban que viviera, pero cuando su madre recibió la noticia, continuó orando. Este joven regresó a casa, se recuperó por completo y comenzó a participar activamente en la  iglesia. La madre se dio cuenta de cuán importante fue permanecer en oración sin importar las circunstancias (Christian Science Sentinel, Radio Edition, June 19, 2004).

No tenemos que abrigar ningún temor a la declinación o la pérdida. El hecho es que Dios es infinito, todo. Todo es Verdad. Todo es Amor. No hay lugar para el mal o el magnetismo animal en la totalidad de Dios. Pero no podemos darnos el lujo de ignorar el aparente efecto del materialismo y el pensamiento mortal en las iglesias.

La cuestión nunca es lo que la mala práctica mental parece hacer, sino lo que el Cristo, el mensaje liberador de Dios de la Verdad divina a la humanidad, hace para elevar la consciencia y confirmar nuestra indestructible relación con la Mente divina, Dios, y la permanencia, fuerza, utilidad e indispensabilidad de la Iglesia.  

Podemos regocijarnos del éxito asegurado de la Iglesia para continuar liberando a la humanidad del pecado, la enfermedad y la muerte, siempre y cuando mantengamos nuestro suelo mental libre de hojas. Y la buena noticia es que tenemos el poder y el amor infinitos de Dios para barrer, exponer y aniquilar al impotente enemigo de la Iglesia.

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