2019
¿Es que nuestras oraciones individuales pueden producir un cambio favorable cuando se trata de las cosas grandes que suceden en el mundo? Esta autora dice que sí, y explica por qué lo sabe.
Durante un vuelo internacional, esta adolescente comenzó a entrar en pánico cuando no podía recordar una información crítica que necesitaba para llegar a su próximo destino. Sin embargo, lo que sí recordó fue orar. Me embargó un sentimiento tangible de paz y amor.
¡Qué maravilloso es ver los resultados de esta fidelidad! Porque debido a ella, el sufriente se vuelve más receptivo a la verdad y pierde proporcionalmente su sentido de sufrimiento. La fidelidad siempre recibirá su recompensa.
Dios no ha creado a nadie para que sea un fracaso.
Dios, nuestro empleador divino, está siempre muy satisfecho con nosotros porque somos la manifestación de Su sabiduría.
Esta estudiante de último año del bachillerato debería haberse sentido entusiasmada con la graduación y su próxima experiencia universitaria, pero en lugar de eso, se sentía menos que los demás e indigna. Obtener una comprensión espiritual del valor que Dios le ha otorgado, la ayudó a frenar las comparaciones y encontrar un sentido de valía más profundo y duradero.
Roland nos dice que ninguna otra experiencia le ha dado una sensación de cercanía tan grande con Dios como él relata en este testimonio. Reconocer la guía divina lo salvó en una situación de peligro extremo.
Cuando no había cupo disponible para que diera un examen importante, este adolescente no se enojó ni se dio por vencido. Se apoyó, en cambio, en lo que había aprendido en la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana para orar por la situación, y muy pronto obtuvo resultados.
Nunca es demasiado temprano o demasiado tarde como para vivir y amar de acuerdo con nuestra verdadera identidad divina. Esta forma generosa de vivir sirve para elevar la norma moral para nuestras familias y para el mundo.
Cuando el Amor divino llene nuestras iglesias de tal manera que excluya el yo, las multitudes nos apretarán como apretaron a Jesús, y seremos sanados de nuestras angustias y sufrimientos.