Desafiar el dolor como si fuera una ilusión puede sonar francamente imposible, dado que la vida de muchas personas se basa en el manejo del dolor. Y la mayoría de nosotros nos hemos sentido intimidados a veces por alguna incomodidad en el cuerpo.
Cuando he enfrentado dolor, ha sido una oportunidad para aprender algo más del totalmente reconfortante amor de Dios y cómo puede disolver lo que parece ser un muro intrincado e hipnótico de inarmonía corporal. Y cada vez que he encontrado mi camino a través del espejismo del dolor, se me ha hecho más claro cuán intimidante pero completamente falsa es la amenaza, y esto me da valor para atravesar esa ilusión cada vez más rápidamente.
Mary Baker Eddy da instrucciones específicas sobre cómo manejar el dolor en un pasaje fundamental de Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras: “Cuando la ilusión de enfermedad o de pecado te tiente, aférrate firmemente a Dios y Su idea. No permitas que nada sino Su semejanza more en tu pensamiento. No dejes que ni el temor ni la duda oscurezcan tu claro sentido y calma confianza de que el reconocimiento de la vida armoniosa —como la Vida es eternamente— puede destruir cualquier sentido doloroso o cualquier creencia en aquello que no es la Vida” (pág. 495).