Tengo varios burros, y recientemente observé algo en uno de ellos que me ilustró un punto importante en la Ciencia Cristiana.
Habíamos vertido un nuevo piso de concreto en el granero, y después de que se endureció, este burro entró para explorar los nuevos alojamientos. Pero cuando se dio la vuelta para salir, la luz del sol que se reflejaba en el nuevo hormigón hizo que pareciera que el suelo era agua en lugar de tierra firme. No le gusta nada cruzar el agua, así que se apretó contra la parte trasera del granero y no se movió.
Le pedí que saliera, pero no lo hizo. Le ofrecí golosinas para atraerlo, pero no se lo creyó. Traté de sacarlo con un cabestro, pero aun así: “No puedo hacerlo”. No iba a ninguna parte si eso significaba cruzar esa agua, o más exactamente, lo que creía que era agua.