
Para jóvenes
Érase una vez, hace muchos, muchos años, un castillo inmenso en la cima de una montaña. Sus torres eran tan altas que casi nunca se podían ver enteras ya que las nubes solían taparlas.
El pequeño automóvil avanza por la carretera rumbo al este. El día es extremadamente caluroso y los niños suspiran por llegar a destino.
Estaba yo hablando por teléfono, mientras Daniel (de apenas 3 añitos) jugaba con un par de leños para el fuego del hogar y su martillito de plástico. Cuando de repente dio un grito y vino a verme llorando.
Una mañana muy tempranito, papá y mamá llevaron a pasear por el vecindario a Tobi, nuestro perro. Era un día de sol precioso y mucha gente ya estaba saliendo para ir a trabajar.
¿Te han preguntado esto alguna vez? Seguramente has escuchado esa pregunta muchas veces, ¿no es cierto? ¿Recuerdas cuál fue tu respuesta? ¿Ingeniero? ¿Maestro? ¿O todavía no lo sabes? Ya sea que lo sepas o no, simplemente cierra tus ojos y escucha la respuesta. !Sí, inténtalo! Escucha lo que Dios te está diciendo ahora mismo.
Sobre su cómoda hay una botella de gin sin abrir, como un diario recordatorio de la vida que dejó atrás. Cuando tenía 15 años, mi amigo David (no es su nombre verdadero) comenzó a beber alcohol y a fumar marihuana con frecuencia.
Faltaban sólo dos días para viajar a Estados Unidos. Iba a estudiar en una escuela para Científicos Cristianos, donde no conocía a nadie.