Para jóvenes
Después que terminé el nivel básico con buenas notas, mis padres decidieron inscribirme en un colegio particular de renombre para que tuviera una muy buena educación. Pero, cuando comencé el año en esa nueva escuela, no lograba aprender las materias como debía y sentí mucho miedo.
Soy estudiante estoy cursando el segundo año de estudios preuniversitarios en la Escuela de Música Vincent-d'lndy, donde desarrollo mis habilidades en el piano, y estudio las materias indispensables para cualquier músico: literatura musical, coral, solfeo y dictado musical, partitura, análisis y teoría musical. Además de la música, me gusta mucho leer y escribir, siendo la literatura mi segunda pasión.
Siempre tuve mucha dificultad para relacionarme con otras personas porque era muy tímido. Sin embargo, no fue hasta que tenía 16 años que me di cuenta de la gravedad de esta situación, cuando tuve que buscar empleo.
El Heraldo les planteó esta pregunta a Agostina Colombo, de 21 años, estudiante de terapia ocupacional en Buenos Aires, Argentina, y a Ifigenia Xifré, de 21 años, estudiante de ciencias políticas, de Montevideo, Uruguay. Agostina : No creo que haya una fórmula para orar.
¡Tienes un smartphone, un celular o una computadora? Si lo tienes probablemente te sientas conectado, fácil de ser localizado y accesible todo el tiempo. Pero si no lo tienes, ¿te sientes aislado o que te falta algo? No te preocupes, no estás solo.
Querida Kate : Desearía estar allí, sentada justo afuera de la puerta del baño cuando sales para regresar al estudio de danza. Me encantaría decirte que yo sé que has estado vomitando para perder peso, pero te quiero y que no pienso nada malo de ti.
Para mí, es muy importante orar todas las mañanas porque me prepara para hacer las actividades del día. Esta oración es como una coraza que me protege y me mantiene seguro durante todo el día y me ayuda a hacer lo que está bien.
Un día cuando estaba en la escuela, la maestra comentó que un compañero mío padecía de una enfermedad que se llama dengue, y que eso pasa por el mosquito que te pica, y todo eso. Y yo pensé: “¡No! Eso no puede entrar en mi pensamiento.