Cuando tenía 16 años, tuve una curación en la Ciencia Cristiana que es muy importante para mí, incluso hoy. Ya había tenido varias curaciones, pero esta curación fue el primer desafío grande que enfrenté.
Me sentía abrumada y ansiosa. Me había salido un sarpullido en la piel, que no sólo se veía rojo e inflamado, sino que también me producía mucho escozor. Parecía ser intoxicación por mariscos. No podía pensar en otra cosa más que en ese sarpullido. Al día siguiente, un viernes, tenía que ir a la escuela, pero decidí quedarme en casa.
El sarpullido empeoró durante la noche, así que le pedí a mis padres y a una practicista de la Ciencia Cristiana que me apoyaran con su oración. Durante todo el día siguiente estuve orando para sanarme. Leí citas de la Biblia y de Ciencia y salud con la Llave de las Escrituras por Mary Baker Eddy. Como me crié en la Ciencia Cristiana, estaba acostumbrada a sanar todo tipo de problemas con la oración, así que quería confiar en ella también en esa ocasión.
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