No siempre es fácil ser afectuoso y gentil todo el tiempo, ser valiente en todas las situaciones, saber que Dios es Amor y que todo está bajo Su control, ni responder al mal con el bien, y aceptar a todas las criaturas y a mis semejantes con amor. No obstante, podemos hacer todo eso a lo largo de la vida, cuando sentimos el amor de Dios.
En una ocasión, estaba jugando al básquetbol con mi hermano en la calle. Hicimos una pausa y decidimos descansar en el parque que queda cerca de allí. Fui a los columpios y empecé a balancearme, tratando de hacerlo igual que mi hermano, cuando de repente, sentí una picadura muy fuerte detrás de la oreja y grité de dolor.
Algunos días antes, durante una clase, habíamos estado hablando sobre todas las enfermedades que alguien podía tener debido a los insectos. Empecé a pensar en esas enfermedades y a imaginar cómo aquel insecto me había picado. Pero muy rápidamente, me alejé de los columpios y fui a la caja de arena cantando el himno:
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