Editoriales
Aquel que sabe que es hijo de Dios está consciente de la evidencia que apoya este conocimiento. Ya que sólo el sentido espiritual encierra tal conocimiento, ese sentido debe ser cultivado y manifestado por el que deseara ver la evidencia duradera de lo que él sabe.
Al atardecer de un hermoso día, un Científico Cristiano y su esposa viajaban por avión a través de un desierto. Desde tan elevada altura, los objetos sobre la tierra se hacían casí indistinguibles, pero de vez en cuando por entre la creciente obscuridad podía divisarse algún detalle del paisaje.
La demostración es algo que llega muy al corozón a los estudiantes de la Christian Science, porque una demostración, tal como se emplea el término en esta Ciencia, es una prueba de que uno está despertando de un sentido mortal y falso de la existencia y empezando a ver el mundo tal como Dios lo creó, espiritual, armonioso e inmortal. “Demostrar” significa probar, y es obvio que este término sólo debiera usarse juiciosamente y en su relación con aquello que es demostrable.
¡Que inmensos tesoros se pueden encontrar en las cartas que Pablo escribió a los primeros cristianos! Estas perlas de gran precio no son siempre fácilmente percibidas por el precipitado lector del Nuevo Testamento; en verdad algunos de los que leen las Escrituras sin detenerse a meditar sobre sus más profundos y escondidos significados podrían quejarse de que muchos de estos tesoros quedan sumergidos en un torrente de palabras. Por ejemplo, en el primer capítulo de su segunda epístola a Timoteo, se han necesitado cuatro versos para completar una de sus oraciones, y si uno no continuase leyendo toda la oración, podría pasar por alto la declaración hecha en el tercer verso y la cual contiene una de las más preciosas promesas hechas en toda la doctrina cristiana.
Cuando Jesús se describió a sí mismo como habiendo existido antes que Abraham (Juan, 8:58), se refería al Cristo, a su entidad incorpórea y espiritual, la imagen divina que coexiste con Dios, como Su eterna manifestación. Este era el Cristo que el Maestro nos aseguró estaría con nosotros para siempre.
En la página 220 de su obra “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras”, Mary Baker Eddy escribe: “Las violetas alzan sus ojos azules para saludar el comienzo de la primavera. Las hojas dan palmadas como incansables adoradores de la naturaleza.
La Sociedad pro Fomento de Conocimientos Cristianos concedió a La Iglesia Madre, La Primera Iglesia Científica de Cristo, en Boston, permiso para incluir en su Himnario el poema tan inspirado de Arthur C. Ainger, cuya primera línea lee como sigue: “Dios está obrando Su voluntad” (Himno N.
Es con sumo pesar y sincera simpatía por sus muchos amigos y alumnos, que anunciamos el fallecimiento de nuestro bien querido compañero y colaborador, el señor Charles E. Heitman, C.
El tratamiento en la Christian Science es la oración. El practicista de la Christian Science es devoto, tanto en su vida como en su profesión.
Mary Baker Eddy, la Descubridora y Fundadora de la Christian Science, contribuyó grandemente a aclarar el concepto humano respecto al hombre y su relación con su Hacedor, al revelar que el hombre es el reflejo de Dios. Las demostraciones de armonía y salud que invariablemente resultan al comprenderse esta revelación, prueban la falsedad de la creencia humana de que el hombre es una entidad corpórea, que depende de la carne para su vida y que posee una mente propia, por cuyo medio el bien y el mal fluyen y refluyen de acuerdo con el estado de ánimo del individuo.