Necesitamos luz y más luz para ver bien. Dijo predicador (Prov. 29:18): “Sin profecía [o visión] el pueblo será disipado.” En los obscuros días del materialismo es bueno elevar nuestra vista hacia el bien en vez de bajarla hacia las creencias opacas e inánimes del mal. Es menester que renovemos nuestra visión. Recordemos, pues, que podemos renovarla espiritual y físicamente aprendiendo mediante la Christian Science a vivir y obrar humilde, sensata y agradecidamente con Dios, la Mente divina.
Cuando necesitamos amplificar la vista de algún objeto, utilizamos un lente. Físicamente hablando, el lente puede tomar la forma de un cristal de aumento o de anteojos. Entendido espiritualmente, nuestro lente es la Ciencia del Cristo que magnifica a Dios, el bien, y elimina el mal. Dice Mary Baker Eddy (Miscellaneous Writings, pág. 194): “El lente de la Ciencia amplifica el poder divino a la vista humana; y entonces vemos la supremacía del Espíritu y la nada de la materia”
La conservación de la vista buena depende de nuestra habilidad para retener clara nuestra visión espiritual. Para ello, hay que utilizar el lente de la Ciencia agrandando a la vista humana el poder divino de manera que sea la realidad que importe por sobre todo y que todo lo abarque en nuestra existencia.
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