
Editoriales
Las connotaciones de la palabra "confusión" son tantas como para merecer un estudio a la luz del diccionario. Por cierto que forman un conjunto bastante desagradable; y cuando se siguen buscando los sinónimos asociados con este vocablo, se llega a la conclusión de que nada bueno puede decirse de la palabra, ni de ninguno de sus parientes.
" Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová, uno solo es" (Deut. , 6:4).
El deseo de hacer bien y el amor desinteresado hacia Dios y el hombre, ¡he aquí los motivos esenciales en el tratamiento del pecado y la enfermedad a la manera de la Christian Science! Mientras que un deseo egoísta y restrictivo, la tendencia voluntariosa de parte de la persona que intenta aplicar esta Ciencia es garantía del fracaso.
¡Qué facultad más útil es la de poder evaluar y apreciar debidamente tanto el mérito como el trabajo de los demás! Rindiendo homenaje a las cualidades de la mujer valiente y de acendrada virtud, el Rey Lemuel nos dejó las siguientes palabras (Prov. , 31:31): "¡Dadle del fruto de sus manos; y alábenla en las puertas sus mismas obras!" ¿Será justo decir de los Científicos Cristianos que ellos deifican a su Guía, Mary Baker Eddy, cuando le dan gracias a Dios por la pureza y abnegación de su vida, y expresan gratitud por las bendiciones que de su obra han resultado? ¿No sería más justo decir que hasta que ellos no hayan reconocido que la Descubridora y Fundadora de la Christian Science El nombre dado por Mary Baker Eddy a su descubrimiento (pronunciado Críschan Sáiens) y que, traducido literalmente, es la "Ciencia Cristiana.
Cuando los mortales se ven confrontados con aflicciones, ya sean físicas o morales, por lo general las atribuyen a causas o circunstancias extrañas, y acuden a otras personas o a métodos curativos ajenos a ellos mismos. La mayoría de los hombres experimentan cierto placer, a la manera de Caín, al echar la culpa de sus desdichas a cualquier otra persona o cosa fuera de ellos mismos.
" Si fuereis bien dispuestos y obedientes, de lo mejor de la tierra comeréis", dijo el profeta Isaías (Isa. , 1:19).
En el salmo número ciento treintitrés, en una breve frase, David, su autor, expone un ideal por el cual la humanidad ha estado suspirando por mucho tiempo. "¡Mirad cuán bueno y cuán apacible es que habiten los hermanos juntos en armonía!" El salmista, rey de Israel, que había llevado una vida muy tormentosa, y cuyas manos estaban manchadas con la sangre de muchos conflictos, bien podía hablar al alma sobre este tema.
La humanidad siempre se ha interesado por sus caudillos y las cualidades y características que les son inherentes. Mucho se ha hablado sobre este tema, aunque pocos han sido los grandes caudillos y numerosos los seguidores.
Cuando el autor del tercer capítulo del libro del Génesis comparó el mal con una serpiente parlante, demostró que a él no le cabía duda de que el mal siempre presenta sus argumentos por medio de las sugestiones, pues esta es su única vía de acceso al pensamiento humano. Una vez que aprendamos a acallar las sugestiones negativas del mal, en la conciencia propia, con las ideas positivas de Dios, o el bien, habremos emprendido nuestra carrera hacia la salud, la felicidad y la inmortalidad.
El novato en la Christian Science El nombre dado por Mary Baker Eddy a su descubrimiento (pronunciado Críschan Sáiens) y que, traducido literalmente, es la "Ciencia Cristiana. " muy pronto descubre en el Manual de la Iglesia, la bella oración de la que se vale todo Científico Cristiano, a saber: "'Venga Tu reino'; !que el reino de la Verdad, la Vida y el Amor divinos se establezca en mí, y deseche de mí todo pecado; y que Tu Palabra enriquezca los afectos de toda la humanidad y los gobierne!" (Manual de La Iglesia Madre.