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La demostración científica

Del número de abril de 1949 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


La demostración es algo que llega muy al corozón a los estudiantes de la Christian Science, porque una demostración, tal como se emplea el término en esta Ciencia, es una prueba de que uno está despertando de un sentido mortal y falso de la existencia y empezando a ver el mundo tal como Dios lo creó, espiritual, armonioso e inmortal.

“Demostrar” significa probar, y es obvio que este término sólo debiera usarse juiciosamente y en su relación con aquello que es demostrable. Por ejemplo, no debiéramos pretender con ligereza haber demostrado alguna cosa material, como ser una casa nueva o una mayor entrada. Más bien debiéramos reconocer que hemos demostrado o probado una verdad espiritual, una ley divina, o el eterno Principio del ser. Para el sentido humano, tales demostraciones se manifiestan como la curación de alguna discordancia, porque el falso sentido mortal se ve mejorado por la aceptación de conceptos espirituales. El tal llamado hombre mortal se hace menos mortal.

Mary Baker Eddy, la venerada Descubridora y Fundadora de la Christian Science, reveló ciertas realidades espirituales muy profundas que siempre han existido, pero que la llamada mente humana necesita percibir. Estas realidades comprenden la unidad y totalidad de Dios, la Mente divina; la perfección de todo lo que ha creado la Mente, y la unidad de Dios y el hombre — de la Mente y su idea — inseparables como causa y efecto. La Christian Science demuestra la presencia y realidad de estas poderosas e irrefutables verdades. Saca a luz la ley invariable de la Vida, el Espíritu y la Mente, que dirige y gobierna el universo espiritual de Dios — la ley que anula invariablemente todas las supuestas leyes de la materia.

Mrs. Eddy además explicó claramente que los cinco sentidos corporales son falsos y que no tienen relación alguna con la verdadera entidad del hombre. No pueden percibir ni a Dios ni a Su creación. El Científico Cristiano aprende a rechazar la sugestión de que estos sentidos materiales son verídicos, y comprende que las impresiones que le son comunicadas por estos sentidos en cuanto a lo que ve, oye, huele, gusta o toca, son una falsificación de la verdad del ser. La negación del yo material le ayuda a uno a demostrar la totalidad de Dios y la identidad espiritual y eterna del hombre.

Aunque el hombre mortal es en efecto bendecido por la demostración científica, la verdadera finalidad de la Ciencia no es proporcionar satisfacción, bienestar ni abundancia material a la personalidad mortal, sino más bien probar cada vez más la totalidad de Dios, y así disipar las ilusiones del sentido material. La falsa noción de la existencia es progresivamente destruída por la demostración científica de la realidad espiritual del ser. La Christian Science no intenta hacer bueno y armonioso aquello que es malo y discordante en sí. Más bien prueba la irrealidad del mal, poniendo en evidencia la realidad del bien. Todo intento del ánimo mundano de utilizar la Ciencia meramente para mejorar las condiciones materiales tiene que fracasar.

En su obra Miscellaneous Writings (pág. 190), Mrs. Eddy dice: “La Ciencia divina demuestra que la Mente disipa el sentido falso y da el verdadero sentido de sí misma, de Dios y el universo — donde lo mortal no produce lo inmortal, ni tampoco acaba lo material en lo espiritual; donde el hombre coexiste con la Mente, y se le reconoce como el reflejo de la Verdad y el Amor infinitos.” La demostración de la Ciencia se manifiesta humanamente en la curación. La demostración no aporta a la llamada mente humana más materia, ni mejor materia, sino menos materialismo. Esta transformación continuará hasta que toda creencia materialista haya desaparecido y el reino espiritual de Dios se revele, perfecto e intacto.

La demostración en la Christian Science se basa en la verdad absoluta. En el libro de texto de la Christian Science, “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras” (pág. 259), Mrs. Eddy dice: “El entendimiento a la manera de Cristo de lo que es el ser científico y la curación divina incluye un Principio perfecto y una idea perfecta,— Dios perfecto y hombre perfecto,— como base del pensamiento y de la demostración.” Nuestras declaraciones y afirmaciones deben estar en completo acuerdo con la verdad absoluta de la Ciencia divina; sólo así podrá la conciencia espiritualizarse lo suficientemente para despertar la tal llamada personalidad humana, librándola de las ilusiones que hacen al hombre pecador, enfermizo y mortal.

Cristo Jesús reconocía gozosamente que todo su poder provenía de Dios. En el Evangelio de San Juan (14:10) leemos que se dirigió a sus discípulos diciéndoles: “El Padre, morando en mí, hace sus obras.” Y en su oración para toda la humanidad declaró (Mateo, 6:13): “Tuyo es el reino, y el poder, y la gloria.” Comprendiendo que el poder curativo procedía de Dios, y que podía valerse de él merced a la filiación espiritual del hombre, el Maestro pudo utilizar con una autoridad y un éxito invariables, las fuerzas inextinguibles del Amor.

Mrs. Eddy asocia la demostración con la Deidad, o sea el Principio divino, porque la demostración tiene su origen y cumplimiento sólo en Dios. En su obra Miscellaneous Writings (págs. 357, 358), ella dice: “El Amor divino es la substancia de la Christian Science, la base de su demostración, sí, sus mismos cimientos y su edificio.” Toda demostración de la Christian Science surge del Amor divino, y sus efectos se caracterizan por la compasión y el espíritu del Cristo, aportándole al pensamiento humano paz y armonía.

Dios, el Amor divino, por siempre está expresando Su propia plenitud y bondad, haciendo efectivas Sus perfectas leyes. Es Dios quien constituye la perfección de Sus propias ideas, quien confiere a Su propia creación el bien y la armonía ilimitables, y quien mantiene la justicia, la misericordia, la pureza impecable, la inmortalidad y la felicidad eterna. En verdad que el Amor es la base de la demostración en la Christian Science.

El impulso de pedir ayuda en la Christian Science y el deseo de dar esa ayuda, ambos tienen su origen en Dios, el Amor, que incluye dentro de Sí mismo todo el bien y su expresión. El tratamiento de la Christian Science, elevado más allá del concepto humano de una persona ayudando a otra, es la comprensión de la eterna presencia del Espíritu que anula las ilusiones impías de las creencias humanas.

Así es que la demostración, según la Christian Science, obedece al hecho de que el Padre celestial, el Espíritu divino, expresándose a Sí mismo, disipa el profundo sueño de la creencia mortal, estableciendo el bien espiritual como la única realidad del ser. La Christian Science tiene una misión muy sagrada, por la cual la verdadera idea de Dios y de Su creación — o sea, del hombre a Su semejanza, por siempre perfecto y divino — es demostrada como un hecho presente y eterno.

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