Deseo verificar el testimonio de mi señora, y al mismo tiempo relatar algunas de la muchas bendiciones de las cuales yo he disfrutado mediante la aplicación de la verdad enseñada por la Christian Science. Cuando esta Ciencia vino a nuestro hogar por primera vez, yo no tenía necesidad de ninguna curación física, pero consentí en leer el libro de texto porque me dijeron que, leyéndolo, podría ayudar a mi familia, uno de cuyos miembros estaba fuera del alcance de toda ayuda material. Este ser querido fué rápida y permanentemente sanado. Después de haber leído el libro unos cuantos días, yo mismo me dí cuenta de que me había sanado del vicio de fumar, que me había esclavizado por más de veinticinco años.
También fuí sanado de una hernia. La compañía donde yo trabajaba insistió en que me sometiera a un examen médico. Los médicos me dijeron que mi condición era muy grave, dando muchas razones por las cuales no podría trabajar hasta que me hubiera operado. Por un año tuve que usar un braguero. Durante este tiempo los tratamientos de una consagrada practicista de la Christian Science probaron la nada de la materia y la omnipotencia de la Mente. El veredicto de los médicos quedó sin efecto, y al finalizar el año estaba completamente sanado. Durante todo este tiempo seguí trabajando sin interrupción.
Estas no son más que unas pocas de las numerosas bendiciones que he recibido y presenciado, gracias al estudio y la aplicación de la Christian Science. Estoy muy agradecido por ser miembro de La Iglesia Madre y de una de sus filiales, y por todas las actividades que existen dentro del movimiento de la Christian Science.—
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