Cuando por primera vez oí acerca de la Christian Science, el médico recién me había enterado que yo estaba sufriendo de tuberculosis. Además, nuestra pequeña hijita debía pasar todo el tiempo en una silla de ruedas, y a causa de su condición y para que ella pudiera gozar del aire de mar, vivíamos a gran distancia del trabajo de mi esposo.
En vez de mejorar, las cosas empeoraron, de manera que el orar se hizo imperioso para mí. Oré muy sinceramente pidiéndole a Dios que me mostrara si El existía en verdad y si tenía poder para sanar; pues si era así estaba preparada para creerlo. A la mañana siguiente me fué entregado el libro de texto de la Christian Science, Ciencia y Salud por Mrs. Eddy, e inmediatamente percibí que mi oración había sido respondida.
Lo primero que leí fué que Dios es Mente, y al momento me sentí mejor. Mediante la lectura de este libro de texto fuí sanada completamente en pocas semanas. Mi hijita fué sanada también con la ayuda de una practicista de la Christian Science, y además nos hemos convertido en una familia mucho más feliz.
Desde entonces hemos experimentado curaciones de viruela, sarampión, inflamación a la garganta, una mala recalcadura del pie y de otras condiciones inarmoniosas. Estoy agradecida que durante la segunda guerra mundial pude hallar la paz del espíritu mediante el estudio de nuestro libro de texto y las otras obras de nuestra inspirada Guía, Mrs. Eddy. Las publicaciones periódicas de la Christian Science y la instrucción en una clase autorizada fueron también de gran ayuda para mí en esa época. Le estoy profundamente agradecida a Dios que nuestra Guía nos ha enseñado el camino de cómo pensar y trabajar a la manera del Cristo.— Edimburgo, Escocia.
Entiende esto pues hoy, y recapacítalo en tu corazón, que sólo Jehová es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra; no hay otro alguno.— Deuteronomio 4:39.
