Durante varios años sufrí de tumores fibrosos, de una dolencia artrítica y de una afección de sinusitis que minaron mi salud. También sufría de hemorroides y de estreñimiento, y sufrí una fractura al cóccix. Cada día era para mí un peso que me llenaba de desesperación pues no veía que mi vida pudiera ser útil ni en el presente ni en el futuro.
Un cirujano había sugerido una operación como un posible medio de prolongar mi vida hasta los cuarenta años. Entonces mi esposo, aunque con renuencia, consintió en acceder a mi decisión de confiar completamente en Dios y recibir tratamiento por medio de la Ciencia Cristiana Christian Science: Pronunciado Crischan Sáiens. (luego él mismo se convirtió en estudiante de esta Ciencia). Como resultado de este tratamiento sané de todas mis dolencias y he logrado llegar a una edad que ha sobrepasado todo cálculo humano. Estas curaciones y muchas otras que he tenido como resultado de mi estudio constante de la Ciencia Cristiana y de la ayuda que he recibido en la Ciencia, me han permitido cumplir con mis quehaceres domésticos durante muchos años y reanudar mis actividades en la comunidad y en asuntos pertinentes a las escuelas públicas.
Además, las meras palabras no podrían expresar mi gratitud por la maravillosa curación del pesar que me causó la muerte de mi esposo que ocurrió poco antes del aniversario de nuestras bodas de oro. Ahora disfruto de la bendición que significa ser miembro de La Iglesia Madre, ser miembro activo de una iglesia filial, haber recibido clase de instrucción y de poder asistir a las reuniones anuales de mi Asociación. El trabajo que desempeño como asistente en el salón de estudio de la Sala de Lectura, es para mí una fuente constante de gozo, fortaleza y bienestar.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!
