En Ciencia y Salud (pág. 66) Mrs. Eddy dice: “Cada fase sucesiva de la experiencia desenvuelve nuevas perspectivas de la bondad y del amor divinos”.
Hace varios años tuve la oportunidad de demostrar la veracidad de esta declaración. Por varios años había perdido todo interés y agrado por mis estudios de música. Durante aquella época sufrí de una postración nerviosa, pero obtuve ayuda al recibir tratamiento en la Ciencia Cristiana. Mi pensamiento estaba despertando de un mesmerismo egoísta, y un día me pregunté: “¿Por qué no afinas el piano y practicas de nuevo las antiguas melodías?”
Estaba segura de que este deseo era el resultado del trabajo que devotamente se había hecho para mí, de manera que obedecí. El día que afinaron el piano volví a sentir todo el amor y el interés que tenía por mi música. Y tuve una curación instantánea. Toqué durante cuatro horas. Según las teorías humanas, cuando no se ha tocado el piano por varios años, las manos no están en condiciones para hacerlo, pero mi pensamiento se encontraba tan lleno de amor y del deseo de obedecer que mis manos fueron sanadas instantáneamente. Y con la curación de ese día desaparecieron todos los efectos de la postración nerviosa.
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