[Extractos de los discursos ofrecidos durante la Reunión en pro de las Publicaciones Periódicas celebrada en la Extensión de La Iglesia Madre el martes 6 de junio de 1967. El texto completo de estos discursos fue publicado en inglés en el The Christian Science Journal de Setiembre de 1967.]
Se dio comienzo a la reunión cantando el Himno No. 161, cuya letra fue escrita por nuestra Guía, Mary Baker Eddy. El presidente de dicha reunión fue el Sr. Wilson Morgan Riley, de Boston, Massachusetts, quien leyó pasajes seleccionados de la Biblia y de Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras de Mrs. Eddy. La oración en silencio fue seguida por la repetición en voz alta del Padrenuestro. A continuación el presidente leyó una carta de bienvenida de la Junta de Fideicomisarios de la Sociedad Editora de la Ciencia Cristiana.
La misma decía en parte: “¿No parecería lógico que la primera gran necesidad de alcanzar al mundo fuera la de estar más consciente de las necesidades del mundo? ... Mary Baker Eddy resumió la esencia de esta religión en Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras cuando escribió (pág 256): ‘El Amor, el Principio divino, es el Padre y la Madre del universo, incluso el hombre’...”
“Durante todo su ministerio, nuestro gran Maestro, Cristo Jesús, siempre estaba consciente de las necesidades de su prójimo y nunca se mantuvo apartado de él. Tampoco fue un cristiano satisfecho de sí mismo”.
“Mrs. Eddy también expresó el más grande amor y compasión al tratar con la necesidad humana. Vivió muy consciente del progreso y de los problemas del mundo”.
“Al establecer las publicaciones periódicas de la Ciencia Cristiana, nuestra Guía manifestó claramente su gran amor y compasión por el mundo. Esa era una manera de alcanzar al mundo, un método que podía entenderse y demostrarse...”
“Bien podemos preguntarnos, entonces, si estamos haciendo todo lo que podemos para alcanzar al mundo por medio de nuestros bienamados periódicos, si estamos tan conscientes de las necesidades del mundo actual como deberíamos estarlo, y si prestamos especial cuidado para asegurarnos de que estas necesidades son satisfechas. Nuestro esfuerzo mancomunado proveerá la respuesta apropiada a estas preguntas”.
“Reconociendo y Satisfaciendo las Necesidades del Mundo” fue el título de un discurso pronunciado por el Sr. Peter J. Henniker-Heaton, Asesor Editorial de La Junta Directiva de la Ciencia Cristiana, quien dijo en parte: “Si nosotros, los Científicos Cristianos, vamos a reconocer las necesidades del mundo y a satisfacerlas por medio de nuestras publicaciones, entonces, todos nosotros a quienes nos atañen nuestros periódicos — y esto significa cada miembro de La Iglesia Madre — debemos amar al mundo... ¿Cuál es el mundo al que debemos amar? No es el mundo de la materia y de la mortalidad. No es el mundo de los sentidos físicos y personales... El mundo que debemos amar no es el mundo de la mente mortal sino el de la recta consciencia humana... Es el mundo de las amas de casa y de las familias inteligentemente establecidas. De los pacificadores y estadistas. Es el mundo de la búsqueda de la justicia social, económica, racial e internacional”.
“Amar este mundo significa conocerlo. En el año 1950 se habló mucho de la investigación de Einstein acerca de la teoría de una población unificada. Durante la Navidad de ese año asistí a una reunión de familia donde estuvimos conversando sobre lo que cada uno de nosotros pensaba llevar a cabo durante el año entrante. Una persona que se encontraba allí presente, afirmó que se proponía comprender la nueva teoría del Dr. Einstein. Debería mencionar que esta amable y vivaz lectora de nuestras publicaciones había cumplido sus 92 años. Nunca somos demasiado viejos ni demasiado jóvenes ni demasiado nada para amar al mundo, para estar interesados en él, para querer saber lo que el mundo hace y hacia donde va... ‘Conocer el mundo’ significa entonces no solamente estar conscientes de lo que el mundo piensa sino también cómo piensa el mundo... El ritmo acelerado de los constantes cambios no les permite a los Científicos Cristianos activos darse el lujo de orbitar alrededor de sí mismos en cápsulas espaciales de marfil...”
“ ‘Pertinencia' es la palabra clave para la comunicación actual. Nuestras publicaciones son tan pertinentes como el pensamiento de los Científicos Cristianos, no más que eso. A medida que nuestras publicaciones hablen con amor, con conocimento, con juicio certero, el mundo los reconocerá como pertinentes a sus necesidades”.
“En Ciencia y Salud Mrs. Eddy hace notar cuatro niveles de amor requeridos para la curación... Estos cuatro elementos son: la simpatía, el afecto humano, el afecto espiritual y el Amor infinito; juntos armonizan y se combinan, como lo ejemplificaron Jesús y nuestra Guía tan consistentemente, en la cuerda completa del amor que sana y salva”.
“Es a nosotros, los Científicos Cristianos, que nos corresponde tañer en todas nuestras publicaciones esta cuerda completa del amor. Entonces nuestras publicaciones alcanzarán a todo el mundo, identificarán correctamente las necesidades del mundo y las satisfarán”.
En su charla titulada “Escribiendo Para los Lectores y el Mundo de Hoy”, el Sr. William Milford Correll, Redactor Adjunto del Departamento Editorial del Journal, Sentinel y el Heraldo, dijo en resumen: “... Uds. deben encontrar una buena acogida de parte de vuestros lectores. Lo que Uds. dicen debe tocar su experiencia... Cuando el lector lee un artículo sobre la Ciencia Cristiana, debe pensar: ‘¡Esto es para mí!’ Debe desafiar su pensamiento. Debe moverlo e inspirarlo a cambiar cuando sea necesario un cambio. Solamente de esta manera cumplirá el propósito del Cristo...”
“Si somos impulsados por el Amor divino a satisfacer necesidades humanas, podemos dirigir palabras de Verdad a nuestro prójimo en términos que ellos puedan comprender. Entonces será la Palabra viviente para ellos, y se efectuará el cambio necesario para la curación...”
“Es necesario ser directo en la presentación... En la manera actual de pensar se tiene poca paciencia con el uso innecesario de palabras... El efecto deseado puede producirse a través de la energía de las ideas o por medio de la pertinencia del razonamiento...”
“Ahora bien, para que tenga impacto, lo que Uds. dicen debe ser impulsado por el Amor... El Amor divino es siempre contemporáneo. El mensaje del Amor nunca es estático sino siempre está en desarrollo en una forma que es adecuado para responder a las demandas actuales. La pregunta que nos debemos formular es: ‘¿Reflejamos ese Amor suficientemente para servir de instrumento y traer hoy el Cristo a la humanidad?’ Este Amor no se manifiesta en una actitud exclusiva, ni tampoco les permite que Uds. asuman una actitud de superioridad sobre los lectores... Para suplir la necesidad humana debemos escribir desde la base de la demostración. Debemos ser persuasivos en nuestro acercamiento en lugar de dogmáticos... El lenguaje y las ideas que usamos deben mantener todo su frescor...”
“Nada puede ocupar el lugar de la oración y la inspiración en lo que respecta al escribir, porque este es el camino a través del cual Dios habla a los hombres. El joven Eliú habló a Job y le dijo: ‘Hay un espíritu en los mortales, y la inspiración del Todopoderoso les da la inteligencia’ (Job 32:8)...”
“La Ciencia Cristiana es tan moderna como el mañana. El Amor que ‘siempre responderá a toda necesidad humana’ viene en nuestra ayuda y nos provee con las ideas pertinentes y los términos humanos para su comunicación. El Cristo que es ‘el mismo ayer, y hoy, y para siempre jamás’ (Hebreos 13:8), es también el Cristo que está con nosotros en cada fase de nuestra experiencia, el Cristo que sana, que llega al corazón, que inspira a los hombres con motivos, deseos e ideales más elevados, y de este modo satisface la necesidad humana hoy en día”.
La Srta. Rosemary Cobham de Londres, Inglaterra, en su discurso titulado “La Curación, Nuestra Mejor Manera de Comunicación” dijo en parte lo siguiente: “Una de las características más notables y que más queremos en un niño, es su deseo de compartir... A los Científicos Cristianos también les agrada compartir...”
“Todos nosotros somos niños, sí, muy niños en nuestro entendimiento de la Ciencia Cristiana... Nunca queremos perder la lozanía, el deseo de saber, la espontaneidad ni la generosidad. Pero de la misma manera que el niño, a medida que crece trabaja para perfeccionar su dádiva, de este mismo modo nosotros, en nuestro creciente sentido del amor, anhelamos comunicarnos con mayor perfección... El énfasis se traslada del amor a dar lo que queremos dar, al deseo de satisfacer las necesidades del mundo. De tal anhelo emanan los artículos que no sólo van a edificar, sino a sanar... Y escribamos por nuestro creciente amor a Dios y al hombre, en vez de hacerlo por el mero deseo de escribir...”
“ ‘No puedo andar con esto, porque no lo tengo experimentado’ dijo David a Saúl (I Sam. 17:39), quien lo había armado con su propia armadura para la contienda con Goliat... Al compartir a través de nuestros periódicos mantengámonos sencillos, no usemos la armadura de nadie, no importa cuán intenso sea su brillo, ni lo bien que le siente a otro que la haya usado. Escojamos algunas ideas afectuosas de nuestro arroyo de inspiración espiritual, meditando en la consciencia hasta que ellas lleguen a ser pulidas y útiles, poniéndolas en práctica en nuestras propias vidas...”
“Nuestra Guía, quien trabajó intensa y arduamente para comunicarnos su maravilloso descubrimiento en el libro de texto Ciencia y Salud y no tuvo ningún reparo en revisarlo varias veces para aclarar su significado, nos ofrece un valioso consejo en Miscellaneous Writings (Escritos Misceláneos). Ella dice (pág. 338): ‘El que trae primero algún bien a la humanidad, debe ganar su altura previamente, para poder elevar a los otros hacia ella. Yo primero lo probé sobre mí misma, no por “palabras”, — estas no proporcionan pruebas — sino por demostración de la Ciencia Cristiana, que su Principio es divino. Todos deben ir y hacer así’ ”.
“La Misión Especial del The Christian Science Monitor al Ir por Todo el Mundo” fue el título del discurso pronunciado por William H. Stringer, Jefe de Corresponsales en Londres. El Sr. Stringer dijo en parte: “Quizá la mayor evidencia del deseo de Mrs. Eddy de responder a las necesidades del mundo entero fué la fundación del Monitor. Pues el Monitor tiene la misión especial de alcanzar a toda la humanidad, en todas partes del mundo, con un mensaje de alerta, práctico e inmediato”.
“En Washington, Londres, Moscú, Tokio, Buenos Aires y Sydney, por todo nuestro alrededor existen indicios de que la humanidad está hambrienta, profundamente hambrienta de mejores conceptos... La Ciencia Cristiana, con el Monitor como misionero, está aquí para proveer soluciones a los problemas de la humanidad. Esta Ciencia del ser infinito no está limitada en su aplicación a ninguna raza, lengua, región geográfica determinada, nivel intelectual o clase social...”
“Hoy la necesidad del mundo es excesivamente grande, y la mayor parte de sus problemas no están limitados ni por fronteras nacionales ni físicas. Dentro de este cuadro viene el Monitor, editado desde la base de la seguridad que la unidad de la humanidad puede ser demostrada progresivamente, porque el hecho espiritual es que todos los hombres tienen una Mente. Sus noticias se escriben partiendo de la convicción afirmativa de que la levadura de la Verdad se encuentra activa en todas las avenidas de la sociedad humana...”
“El Monitor representa los brazos de La Iglesia Madre circundando el mundo para bendecir y sanar. Utiliza el hecho presente de que el idioma inglés se está convirtiendo en la lengua corriente de la tierra, un idioma unificador entendido por una gran mayoría de los habitantes del mundo. El mensaje del Monitor, está corrigiendo el pensamiento de la humanidad de una Babel de creencias en conocimientos falsos, los que sugerirían la existencia de muchas mentes y profundas divisiones entre la humanidad. En muchos países el Monitor ya ha ganado pública aceptación en gran escala... Aun en Moscú he podido comprobar que existe interés oficial por la manera de cómo fué que el Monitor se estableció y también me han formulado preguntas amenas sobre cuáles podrían ser sus metas y propósitos... ¡Pensad en el ánimo que el Monitor puede llevar a las iglesias y sociedades nuevas en lugares donde la Ciencia Cristiana es recientemente conocida! ¡Pensad también cómo el Monitor puede facilitar el camino para la pública apreciación de nuestra religión en lugares donde el término ‘Ciencia Cristiana’ resulta más familiar!...”
“Es evidente que para que el Monitor tenga éxito en su misión debe atraer a subscriptores que no sean todavía Científicos Cristianos. Esto se está realizando en número cada vez mayor... Así el periodismo del Monitor se esfuerza por conectar en forma útil todos los intereses, los problemas y las esperanzas comunes de los hombres de todas partes, se esfuerza por proveer el discernimiento dónde es que yace el interés común. Busca percibir dónde está operando la levadura de la verdad, indicar dónde el error está complotando resistencia, e iluminar los rápidos y cambiantes conceptos del pensamiento contemporáneo... El diario The Christian Science Monitor puede ayudar poderosamente a conducir a la humanidad con seguridad a través de la turbulencia de la mente mortal en este siglo que aumenta constantemente su capacidad mental. Su potencial es vasto”.
El último discurso de esta reunión fue pronunciado por el Sr. Wilson Morgan Riley y fue titulado: “Nuestra Tarea al Llevar las Publicaciones al Mundo”. El Sr. Riley habló substancialmente como sigue: “Si el mundo supiera solamente lo que se puede realizar al aplicar las verdades espirituales contenidas en las publicaciones de la Ciencia Cristiana, ... apenas podríamos satisfacer la demanda de nuestros periódicos. ¿De qué manera podemos hacer saber más al mundo sobre lo que tenemos? ... El gran Maestro, Jesús de Nazaret, no tuvo la palabra impresa que lo ayudara, pero aún así alcanzó el pensamiento de las generaciones aún por venir...”
“A pesar de que nuestra amada Guía, Mary Baker Eddy, tuvo la palabra impresa disponible, al comienzo no tuvo una gran casa editora que la ayudara... Y no obstante, también llegó al pensamiento de la gente. ¿Cómo? ¡Pues, sanando! ... En la medida en que aumentemos nuestra habilidad para curar, alcanzaremos más vigorosamente el pensamiento receptivo”.
“Ciertamente Cristo Jesús esperaba que sus seguidores continuaran su obra. Él dijo (Mateo 10:8): ‘¡Sanad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad fuera demonios!’ ... No hay duda que cada uno de los aquí presentes ha recibido abundantes dádivas del Padre y tiene un deseo sincero de dar de sí mismo y propagar las buenas nuevas...”
“¿Cómo podemos obedecer efectivamente este mandato para curar y propagar la Palabra? ... Mientras que nuestras publicaciones contienen profundos tesoros, el Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana puede ser comparado con una mina de oro. Es una mina espiritual de inmensurable profundidad e infinitas reservas. Una Lección Sermón aunque rica en ideas espirituales, puras, sanadoras y frescas, no cumple su misión hasta que no se estudia... Cada Lección Bíblica contiene preciosas pepitas de oro de la verdad espiritual que sana...”
“Por consiguiente es muy claro lo que se requiere de nosotros: un estudio más amplio de la Lección Sermón, siempre sondando más y más profundamente. La elevación de nuestro nivel espiritual como resultado de tal estudio nos capacitará para empezar a responder más adecuadamente a la demanda de ‘sanad enfermos, resucitad muertos, ... echad fuera demonios’. El atestiguar tal actividad sanadora puede hacer más que nada por preparar a nuestros semejantes para que se encuentren listos para el mensaje sanador que contienen nuestras publicaciones. Aseguraos de que conozcáis nuestras publicaciones en su totalidad y que estéis familiarizados con ellas. He aquí cuatro medios para ayudarles a Uds.: subscribirse, leer, distribuir y contribuir... También Uds. contribuyen a la iluminación espiritual del mundo cuando le proporcionan a otra persona una copia de un Journal, un Sentinel, o un Heraldo...”
“Jesús dijo: ‘Así resplandezca vuestra luz delante de los hombres; de modo que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos’ (Mateo 5:16). Nuestra tarea al llevar nuestras publicaciones al mundo es la de demostrar tan bien la eficacia de la Palabra de Dios para sanar, que el mundo anhelará lo que nuestras publicaciones contienen”.
