Un muchacho adolescente dijo una vez: “¡La Ciencia Cristiana no da resultado para mí!”
Su amigo le respondió: “La Ciencia Cristiana siempre da resultado, pero los Científicos Cristianos necesitan aplicarla”.
La Ciencia Cristiana tiene un Principio inamovible, Dios, el bien. Opera de acuerdo a reglas fijas establecidas y, por lo tanto, es demostrable. Puede ser aplicada en forma práctica para solucionar los problemas humanos, y al solucionar estos problemas, la Ciencia espiritualiza la consciencia humana y armoniza las relaciones humanas. Tan sencillas son sus enseñanzas, que aun los niños pequeños pueden demostrarlas, y tan profundo es su libro de texto, Ciencia y Salud, por Mrs. Eddy, que los hombres de letras pueden estudiarlo y meditar sobre él durante toda una vida sin que se agote su significado y alcance.
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