Conocí la Ciencia Cristiana a una edad muy avanzada; no obstante, he tenido el privilegio de recibir muchas bendiciones. Una afección cardíaca muy seria, de la cual había padecido, ya no me produce ninguna molestia, y muchas otras dificultades, tales como la artritis, que me atormentaba frecuentemente, han desaparecido totalmente.
Padecía de molestos dolores de cabeza, los cuales me producían insomnio. Sin embargo, después de conocer la Ciencia Cristiana y comprender cómo se aplican sus enseñanzas, conseguí librarme de estos ataques.
En poco tiempo pude resolver un problema de vivienda excepcionalmente difícil. En cuatro semanas conseguí un nuevo apartamento cuando generalmente esto lleva de uno a dos años.
Anteriormente todos los inviernos padecía de fuertes ataques de influenza. Esta dolencia ya no se repite.
De una manera sorprendente he podido resolver dificultades financieras sin la necesidad de un trabajo específico de mi parte, mas confiando la solución a la ley de Dios que todo lo ajusta.
Estoy muy feliz porque por medio de la Ciencia Cristiana he aprendido a corregir estados falsos de pensamiento, y es mi privilegio el dedicar tiempo suficiente al estudio de las Lecciones Bíblicas que se publican en el Cuaderno Trimestral.
Cada día el Amor divino nos colma de nueva inspiración, de bendiciones y de progreso espiritual. A pesar de que tengo más de ochenta años, estoy muy agradecida porque puedo demostrar que comprendo claramente lo que estudio en la Ciencia Cristiana y puedo ponerlo en práctica.
Siempre que me es posible nunca dejo de asistir a los oficios religiosos y regreso a mi hogar ricamente bendecida. Llena de gratitud y regocijo visito la Sala de Lectura de la Ciencia Cristiana. Encuentro la literatura muy pertinente a nuestras necesidades y por lo tanto muy práctica. ¡Que Dios continúe llenando de bendiciones a los Científicos Cristianos en todo el mundo!
Concluyo este testimonio con estas palabras de Isaías (40:31): “Los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas”.
Sindelfingen, Alemania
