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[Original en alemán]

El significado espiritual de la Biblia

Del número de julio de 1968 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Es necesario que hagamos un profundo estudio de las verdades espirituales que encierra la Biblia y que pongamos en práctica sus enseñanzas. En cada fase de la experiencia humana, ya sea, en las relaciones humanas, en el trato social, en el campo de la educación, en lo relacionado con la aptitud para el comercio y a los problemas de negocios, desórdenes físicos o problemas morales, la Biblia está a mano para satisfacer la necesidad.

Al estudiar la Biblia con honestidad y consecuentemente para orientarnos en tiempos de especial necesidad, así como también durante los momentos que consagramos diariamente a la oración y a la meditación, infaliblemente encontramos en sus verdades reveladas la luz que nos señala el camino que debemos seguir.

Hoy en día, muchos, al igual que yo, se sienten indeciblemente agradecidos por la comprensión espiritual de las enseñanzas prácticas de la Biblia, tal como nos las han sido reveladas a través de la Ciencia Cristiana. Cuando leemos y estudiamos la Biblia, conjuntamente con Ciencia y Salud por Mrs. Eddy, la Biblia se convierte en un libro nuevo, lleno de tesoros escondidos, los que tenemos que buscar diligentemente y que recompensan ricamente toda búsqueda minuciosa.

Mrs. Eddy dice en Miscellaneous Writings (Escritos Misceláneos, págs. 196-197): “Las Sagradas Escrituras necesitan más que una simple admisión y una endeble aceptación de las verdades que presentan; requieren una fe viviente que incorpore sus enseñanzas a nuestras vidas de modo que estas verdades lleguen a ser la fuerza motriz de cada acción”.

Nuestra Guía también dice: “La Biblia enseña que el cuerpo debe de ser transformado por la renovación del Espíritu. Quitad la significación espiritual de las Escrituras, y esa compilación no sería más eficaz para ayudar a los mortales que los rayos de luna para derretir un río helado. El error de los siglos es predicar sin practicar lo que se predica” (Ciencia y Salud, pág. 241).

Hace algunos años sostuve una conversación con un amigo sobre temas religiosos. Durante la conversación mi amigo dijo que, entre otras cosas, no podía reconciliarse con el concepto tradicional que se tiene acerca de Dios, ya que Dios es representado al mismo tiempo como Amor compasivo, infinito, que todo lo incluye, y también como un Dios colérico y vengativo.

Más tarde, al asistir a un servicio religioso en una iglesia de la Ciencia Cristiana, este amigo tuvo la oportunidad de escuchar la lectura de la Biblia y de Ciencia y Salud. De acuerdo con sus palabras, halló que las declaraciones eran objetivas y correctas y expresó su deseo de dedicarle más tiempo al estudio de esta enseñanza del Cristo.

Me gustaría expresar la esperanza y el deseo de que toda la humanidad llegue a reconocer más y más esta enseñanza verdadera y que, por medio de nuestro amor por Dios y por nuestro prójimo, la pongamos en práctica.

En numerosas ocasiones Cristo Jesús y sus discípulos probaron por sus obras sanadoras, efectuadas para el bienestar de la humanidad, que estas obras pueden llevarse a cabo en todo momento y que expresan la voluntad de Dios. Hoy en día, nuevamente los estudiantes de la Ciencia Cristiana las están poniendo de manifiesto por medio de sus oraciones a Dios y de acuerdo con la promesa que hiciera Cristo Jesús (Juan 14:12): “El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre”.

Mrs. Eddy escribe en Ciencia y Salud (pág. 271) “Aquellos que estén dispuestos a dejar sus redes o a echarlas a la derecha de la barca en busca de la Verdad, tienen ocasión ahora, como antaño, de aprender y practicar la curación cristiana. Las Escrituras la contienen. El sentido espiritual de la Palabra imparte este poder”.

Jesús ha dejado un rico legado para todos sus seguidores. ¡Ojalá que en todas las épocas todos los cristianos hagan abundante uso de esta herencia, y que de este modo se conviertan en una bendición para la humanidad!

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