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Asamblea Anual de La Iglesia Madre celebrada el 8 de junio de 1970

Del número de octubre de 1970 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Miles de Científicos Cristianos, representando el alcance universal de su movimiento, se reunieron en Boston el 8 de junio para celebrar la Asamblea Anual de La Iglesia Madre. El tema de la Asamblea Anual de este año fue: “Pero, ¿qué puedo yo hacer?

Se inició la reunión cantando el himno de Mrs. Eddy “Cristo, mi refugio” (No. 256 del Himnario de la Christian Science). La Presidenta saliente, Srta. L. Ivimy Gwalter, leyó a continuación selecciones de la Biblia, de Ciencia y Salud y de otros escritos de Mary Baker Eddy:

La Biblia
I Cor. 16:13
Isa. 60:1, 22
Isa. 6:1, 2 (hasta 2°;), 3, 6–8

Escritos de Mrs. Eddy
C.y S. 483:33–3
Pul. 3:26–27
Pul. 4:1–2, 7–14 (hasta 1er.)
Mis. 177:1–4 (hasta 1er.), 15

La congregación se unió por unos momentos en oración silenciosa, seguida de la repetición en alta voz del Padrenuestro.

La Srta. Gwalter anunció después los nuevos funcionarios de La Iglesia Madre para el corriente año: Presidente, Sr. Clem W. Collins, de Boston, Massachusetts; Secretario, Sr. Charles Henry Gabriel, de Boston; Tesorero, Sr. Roy Garrett Watson, de Boston.

A continuación aparecen extractos de los informes leídos durante la reunión. Los textos completos se encuentran en el The Christian Science Journal de julio de 1970.

Mensaje de La Junta Directiva de la Ciencia Cristiana leído por su Presidente,

Sr. Presidente y miembros de La Iglesia Madre:

Deseo expresarles mi honda gratitud por el amor y ayuda que están brindando al trabajo que se está realizando aquí, en la sede principal en Boston, y en el Movimiento.

Dos puntos se destacan en particular: Primero, que el mundo está llamando a nuestra puerta mental pidiéndonos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para ayudarlo a encontrar la solución para sus apremiantes problemas. Segundo, que la curación de los problemas, tanto colectivos como individuales, se alcanza por medio del trabajo individual.

No hay duda de que la responsabilidad que cada uno de nosotros tiene individualmente de contribuir a la curación de nuestro mundo, es inmediata. No nos permite descansar — ni debería dejarnos descansar. Sabemos que ningún problema, individual o colectivo, se soluciona ignorándolo o apartándose de él.

La tentación, al contemplar nuestro mundo de hoy, es la de sentirnos perplejos ante la complejidad de sus muchos problemas. La de alzar los brazos frente a la creciente violación de la ley, de la violencia, de las luchas raciales, de la pobreza, de la contaminación, de las guerras y decir: “pero, ¿qué puedo yo hacer?” Sabemos lo que podemos hacer — si amamos lo suficiente para hacerlo.

Podemos orar. Mas, ¿estamos orando? ¿Estamos, en realidad, mirando a través de las falsas pretensiones del mal que parece dominar gran parte de la humanidad de hoy? ¿Reconocemos y admitimos rápidamente la infinitud del bien omnipresente que elimina las ilusiones del sentido material? Ciertamente que el apóstol Santiago sabía de lo que estaba hablando cuando dijo: “la oración eficaz del justo puede mucho”.

¿Estamos constantemente conscientes de que la Mente, por medio de su Cristo, revelará a la consciencia humana las ideas espirituales que solucionarán estos problemas? ¿Estamos tratándolos “específicamente” en nuestro trabajo metafísico?

En cualquier situación en que nos encontremos o en que se encuentre nuestro mundo, nosotros somos los practicistas de ella. Y puede que nos sorprenda el descubrir cuán a menudo la resistencia a la Verdad está en nuestros propios pensamientos — y es aquí donde debe ser tratada metafísicamente. Nuestro trabajo es mirar más allá de la apariencia de la mente humana y percibir la realidad que sólo la Mente divina discierne.

¿ Qué no podemos hacer por nuestro mundo de hoy si individualmente buscamos la inteligencia que gobierna al hombre y el universo a fin de encontrar el remedio para todas nuestras crisis nacionales e internacionales? No existe una solución meramente material para todos estos apremiantes problemas.

Todas las fuerzas policiales del mundo no son suficientes para detener la violación a la ley y acabar con la violencia que tienden a destruir nuestra sociedad y nuestras instituciones. No existen instituciones que puedan sanar la lucha racial. Todo el dinero y el alimento del mundo no son suficientes para acabar de modo permanente con la pobreza. La contaminación jamás desaparecerá mientras no cambie la actitud mental que la produce.

Todas estas situaciones nos muestran que estamos confrontando estados de la consciencia humana y no condiciones materiales. La condición actual de nuestro mundo es realmente sólo el estado del pensamiento humano de nuestros días.

De manera que para cambiar las condiciones externas — la pobreza, el crimen, la contaminación, las guerras, educación inapropiada — y para responder de manera práctica a los interrogantes que nos plantea la juventud, tenemos que comenzar por transformar el pensamiento humano. La Ciencia del Cristo señala el camino, el único camino.

La necesidad más grande de la humanidad es siempre la de obtener la iluminación espiritual del pensamiento humano. Ésta fue la gran misión del Fundador del cristianismo, Cristo Jesús. ¡Piensen en el impacto que esta sola vida individual ejerció en toda la humanidad! Jesús elevó el pensamiento de los hombres por sobre lo material hacia el reino de lo espiritual.

El agente transformador es el Cristo, el cual Jesús ejemplificó y nuestra Guía, Mary Baker Eddy, reveló en su plenitud. Es el Cristo, la Verdad, el que acaba con los problemas humanos al iluminar la consciencia. Es sólo por medio de la iluminación espiritual que puede transformarse la consciencia reemplazando conceptos materiales por conceptos espirituales.

Mary Baker Eddy nos dice que “Jesús curó la enfermedad y el pecado por un mismo procedimiento metafísico” (Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, pág. 210). Este procedimiento metafísico que la Ciencia Cristiana elucida es la base desde la cual todos podemos resolver nuestros problemas y los de nuestra comunidad.

Todos podemos hacer mejor nuestro trabajo al dejar que nuestra luz brille allí mismo donde nos encontramos — en nuestro hogar, en el trabajo, en nuestras actividades sociales y comunales, y en nuestras iglesias.

¿Está disminuyendo la asistencia a su Escuela Dominical y a los servicios de su iglesia? Entonces esfuércese por acercarse a su comunidad. Invite cordialmente a sus moradores a asistir a los servicios de la iglesia y a enviar sus hijos a la Escuela Dominical asegurándoles que todos serán muy bienvenidos. Y ofrezcamos un culto cuya inspiración ilumine la Lección-Sermón de manera que aquellos que han asistido a él reciban la Lección-Sermón y la comprendan. Y en la Escuela Dominical ofrezcamos a nuestros niños una clase cuya enseñanza tenga significado para ellos; que les muestre cómo vivir la Ciencia Cristiana; que les haga ver que la Ciencia es una norma de vida y no meramente un substituto de métodos materiales de curación.

Muchos de nosotros hemos llegado a la Ciencia Cristiana porque hubo alguien que amó lo suficiente para acercarse a nosotros y presentárnosla en momentos de necesidad. ¿Amamos nosotros también lo bastante como para compartir la verdad con otros?

¿Estamos realmente esforzándonos con compasión cristiana por ayudar a aquellos que en nuestra comunidad tienen gran necesidad de ayuda? Mientras con devoción trabajamos con “Ciencia” para abordar los problemas que nos confrontan, ¿recalcamos la importancia de “Cristiana”? ¿Somos solamente Científicos o somos Científicos Cristianos? Recordemos que Mrs. Eddy nos dice que “la responsabilidad de demostrar que la Ciencia Cristiana es Ciencia recae sobre los Científicos Cristianos” (The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany — La Primera Iglesia de Cristo, Científico, y Miscelánea, pág. 158).

La curación es la respuesta que reprende la pretensión de la mente mortal que declara que la Ciencia Cristiana es una bella, pero impracticable teoría. Tenemos que saber que la Ciencia Cristiana ¡es algo viviente! Es evidentemente práctica — ¡cura! Y la curación es todavía la respuesta para las necesidades individuales y colectivas exactamente como lo fuera en el tiempo de Jesús. Y las oportunidades para sanar están tan a nuestro alcance ahora como lo estuvieron para Jesús y sus discípulos. Ellos curaban en las calles, en la sinagoga, dondequiera que encontraban a alguien de pensamiento receptivo para aceptar el toque del Cristo sanador.

Cuando los discípulos de Juan el Bautista vinieron a Jesús a preguntarle si él era o no el Cristo, Jesús simplemente les señaló sus obras sanadoras. Así mostró la importancia que daba a la curación. Y esto es por qué el trabajo de un practicista de la Ciencia Cristiana es tan respetado en nuestro movimiento. Pero ya sea que aparezca o no nuestro nombre en el The Christian Science Journal como practicistas reconocidos, todos los que nombramos la Ciencia Cristiana tenemos el privilegio y el deber de compartir con otros, en lo posible, su misión sanadora.

Por lo tanto, hacemos un llamado a todos los Científicos Cristianos a que eleven su pensamiento, a que amen a la humanidad lo bastante como para trabajar metafísicamente por ella cada día, a que aborden los problemas de nuestra época por lo que son — falsas creencias — y a que desplieguen un interés activo y práctico en los asuntos de la humanidad utilizando los caminos y medios que nuestra Guía nos dejó en nuestra calidad de Científicos Cristianos activos. Si hacemos esto de manera consecuente y persistente, el progreso y la curación que tan urgentemente necesita nuestro mundo, se verán manifestados.

Mrs. Eddy escribe en su obra La idea que los hombres tienen acerca de Dios (pág. 1): “Cada paso de progreso es un paso más espiritual”. ¿No quiere esto decir que como pensadores espirituales, como cristianos metafísicos, nos encontramos en el centro del progreso humano? Por cierto que tenemos las armas espirituales que necesitamos.

Si cada uno de nosotros ora devota, eficazmente, la curación se producirá. Se manifestarán las soluciones. Nuestra comunidad será bendecida. Nosotros seremos bendecidos. Nuestras iglesias y Escuelas Dominicales prosperarán porque estarán contribuyendo de manera práctica al progreso de sus comunidades.

Una última palabra. Les instamos a recurrir a la Mente divina en busca de inspiración, dirección y demostración en lugar de hacerlo a este algo "mítico" que a veces llaman “Boston”. Recurran más a Dios y menos a La Iglesia Madre en busca de dirección. Sobre este punto Mrs. Eddy da una instrucción explícita al decir que debemos asegurarnos de que Dios dirige nuestro camino. (Véase Miscellaneous Writings — Escritos Misceláneos, pág. 117). Entonces, al seguir la inequívoca dirección de Dios y la de nuestra Guía como ella sigue al Cristo, nuestro movimiento de cierto se moverá — se moverá al impulso divino sanando nuestras iglesias, nuestras comunidades y nuestro mundo.

Mensaje del Nuevo Presidente de La Iglesia Madre,

Ante el umbral de una era de renacimiento religioso, Mary Baker Eddy envió el siguiente llamado a la humanidad: “Ciudadanos del mundo, ¡aceptad la ‘gloriosa libertad de los hijos de Dios’ y sed libres! Éste es vuestro derecho divino” (Ciencia y Salud, pág. 227).

Esto fue más que un llamado para inspirar esperanza. Fue una poderosa visión basada en la comprensión de lo que es Dios y de la relación inseparable del hombre con Dios.

Hoy, Uds. y yo hemos venido de todas partes del mundo a esta Asamblea Anual para considerar una pregunta específica: “Pero, ¿qué puedo yo hacer?” “¿Qué puedo yo hacer para convertir esta visión de libertad en una realidad para mis semejantes?”

Muchos de nosotros hoy, aquí, somos un vivido testimonio de que esta libertad es verdadera. Pero, ¿cuánto tiempo tomará el llevar a cada uno, dondequiera se encuentre, al punto de percibir esto y reclamar su libertad otorgada por Dios? Para el razonamiento humano parece que podría tomar muchas más generaciones, hasta siglos. Pero el tiempo está enteramente subordinado a la visión.

El progreso no toma tiempo. Requiere visión. Visión es libertad. La visión es una cualidad espiritual, por lo tanto, es inherente a todo individuo. Lo que podemos hacer por nuestro prójimo depende enteramente de la disposición que tengamos de hacer progresar la causa de libertad desarrollando y ejercitando la visión espiritual. ¿Podemos hacer menos que esto?

No tenemos necesidad de observar muy profundamente el rumbo que sigue esta época, las numerosas protestas que leemos en las noticias, para ver las profundas necesidades y sentir las interminables frustraciones que pesan sobre tantas personas. Pero, ¿son estas protestas efectivas?

¿Cuál es la protesta efectiva? Cristo Jesús fue el ejemplo ideal del que protesta eficazmente. La gran profundidad de su perspectiva espiritual y el poder extraordinario de su visión espiritual fueron evidentemente desarrollados mediante sus activas protestas. Cuando la mente mortal, denominada “el diablo” en la Biblia, intentó poner a Jesús bajo su poder e influencia por medio de las tres tentaciones, Jesús protestó firmemente tres veces. Y tuvo éxito. (Véase Mateo 4:1–10.)

Mrs. Eddy describe el método de Jesús de protestar cuando, al hablar de la oración sanadora, ella dice: “No es la Ciencia ni la Verdad lo que obra mediante la creencia ciega, ni es tampoco el entendimiento humano del Principio divino sanador, tal como se manifestó en Jesús, cuyas humildes oraciones eran profundas y concienzudas declaraciones de la Verdad, — de la semejanza del hombre con Dios y de la unidad del hombre con la Verdad y el Amor” (Ciencia y Salud, pág. 12). Dios le ha dado al mundo este ejemplo de acción eficaz emprendida contra la esclavitud humana — la esclavitud mental, física, económica, social y ambiental.

Tenemos una inmensa humanidad en un desierto frente a las puertas mismas de nuestras iglesias y en cada comunidad, clamando por ayuda. Están protestando, pero no saben cómo hacer su protesta efectiva. ¿No es aquí donde podemos entrar en acción?

Tenemos que salir de los edificios de nuestras iglesias, ir más allá de nuestro concepto tradicional de actividad religiosa, tenemos que trascender la oración egoísta de manera que llevemos nuestro ministerio cristiano allí donde la gente vive y trabaja y se recrea.

La versión King James de la Biblia nos advierte: “Donde no hay visión, el pueblo perece” (Proverbios 29:18). ¿Qué queremos decir por visión? La visión espiritual percibe, sabe, y por lo tanto es capaz de probar que el Amor predomina sobre el odio, que la salud es la realidad sobre la ilusión de la enfermedad, que la inteligencia es algo intrínseco en todo individuo y que no deja lugar para la confusión. La visión espiritual percibe, sabe, que el perdonar es natural y la venganza no tiene lugar, que la pureza es verdadera y la sensualidad es fantasía, que la dignidad predomina sobre la depravación, la abundancia sobre la carencia. La visión espiritual percibe, sabe, que el hombre, el amado de Dios, nunca fue esclavizado. La visión espiritual es nuestra protesta máxima. Requiere gran valor basado en la comprensión espiritual y motivado por el Amor.

En realidad, siempre debemos estar firmes, individualmente — con Dios. Y al estar firmes con Dios, nosotros — cada miembro de esta iglesia — nos mantenemos firmes y unidos en el amor de uno para el otro, obteniendo la visión espiritual, la visión sanadora de nuestras comunidades y de sus habitantes. Esto es lo que podemos hacer más eficazmente. Ésta es nuestra protesta. Como dice Ezequiel: “Se han acercado aquellos días, y el cumplimiento de toda visión” (Ezequiel 12:23).

Informe del Tesorero,

El Tesorero informó sobre el monto de los fondos disponibles de la Iglesia, y el monto de las deudas y de los gastos del año financiero que terminó el 30 de abril de 1970.

El informe señaló que, aparte de las facturas actuales y los impuestos acumulados, La Iglesia Madre no tiene deudas.

Los libros del Tesorero de la Iglesia, fueron revisados por la firma Ernst &Ernst. Los auditores certifican que, en su opinión, el informe del Tesorero es correcto.

El resto del informe del Tesorero dice substancialmente lo siguiente:

¿Cuál es el tesoro de La Iglesia Madre? Por cierto que nuestra demostración de las enseñanzas de Mary Baker Eddy. Por lo tanto, para un Científico Cristiano, la respuesta a la pregunta “¿Qué puedo yo hacer por nuestro mundo empobrecido?” es muy clara. Cada uno puede compartir con la humanidad cualquier grado de comprensión espiritual que tenga, poniéndolo en práctica. De esta manera se benefician, él mismo y el mundo, y asegura el éxito de nuestra Iglesia.

¿Por qué? Mrs. Eddy declaró lo siguiente al corresponsal de un diario: “La continuidad de La Iglesia de Cristo, Científico, está asegurada. Está creciendo maravillosamente. Irá incluyendo, una por una a todas las iglesias, porque sólo en ella está la sencillez de la unidad de Dios; la unidad del Cristo y el perfeccionamiento del hombre científicamente expresados” (The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany, pág. 342).

La Ciencia Cristiana y nuestra Iglesia están basadas en la rica herencia del hombre como el hijo perfecto de un amoroso y perfecto Padre-Madre Dios. La substancia de la Iglesia es el Amor divino. Su provisión es la demostración y el amor recíproco de sus miembros.

El éxito de nuestra Iglesia tiende a asegurar el éxito de cada uno de sus miembros. Por consiguiente, existe una interdependencia entre la institución y el miembro individual.

En lo referente al Centro de la Iglesia de la Ciencia Cristiana, éste se está construyendo en un terreno que ya se ha pagado; y contamos con los fondos necesarios para proseguir con los planes previstos. Todo esto se debe a vuestro amor, a vuestro generoso y sincero apoyo. Pero vuestro continuo apoyo es esencial hasta que se notifique oficialmente que no es necesario hacer más contribuciones para este fin.

Vuestro bondadoso apoyo para esta construcción demuestra vuestra capacidad para activar la ley expresada en la declaración de nuestra Guía: “El Amor divino siempre ha respondido y siempre responderá a toda necesidad humana” (Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, pág. 494).

Nuestro sistema de financiación es el mismo que estableció Mrs. Eddy para la construcción del edificio original de La Iglesia Madre. Mrs. Eddy escribe: “No se hipotecó ni se solicitó ningún préstamo; los donantes conmovedoramente manifestaron su alegría privilegiada de poder ayudar a edificar La Iglesia Madre. No hubo apremio, súplica, o pedido de préstamos; solamente se dio a conocer la necesidad, y se obtuvo dinero o diamantes, que sirvieron para construir ‘este milagro de piedra’ ” (Pulpit and Press — Púlpito y Prensa, pág. 8).

No se ha hecho ninguna colecta de fondos para financiar el actual proyecto de construcción, no se ha empleado ningún promotor para conseguir fondos — “solamente se dio a conocer la necesidad” — y vuestra respuesta ha sido magnífica. Más del noventa por ciento de las iglesias que cuentan con más de cien miembros, y casi el noventa por ciento de todas las asociaciones de estudiantes de la Ciencia Cristiana han contribuido muy generosamente.

Se ha recurrido considerablemente a nuestro fondo de beneficencia durante el año pasado. El costo del mantenimiento de las tres instituciones de beneficencia, ha ido también en constante aumento; y otras crecientes demandas para promover nuestras actividades mundiales requieren una constante demostración de nuestra capacidad para probar la eficacia del Amor divino para satisfacer toda necesidad humana.

El Amor divino nos capacita para apoyar firmemente a La Iglesia Madre en su tarea de difundir la Causa de la Ciencia Cristiana. De esta manera cada individuo puede demostrar más plenamente la unidad de Dios y el hombre, y así compartir liberalmente y con agradecimiento los tesoros de Dios con la humanidad.

Informe del Secretario,

Estimados amigos:

Nuestra querida Guía en una ocasión le dijo a uno de los primeros colaboradores: “Recuerdo que al principio, cuando inicié esta Causa, solía decir: ‘Cuán feliz seré cuando pueda conseguir solamente uno que se interese en ella’. Y dije: ‘¿No está Dios interesado en esto, Mary?’ Y la respuesta vino a mí: ‘Dios está interesado, y debido a esto tu Causa no puede fracasar’ ” (Twelve Years with Mary Baker Eddy — Doce Años con Mary Baker Eddy, por Irving C. Tomlinson, pág. 45).

¿Qué amor más grande podemos demostrarle a Mrs. Eddy que llevar al mundo su concepto espiritual de Iglesia para ayudar a otros?

Durante el año pasado, el Secretario y sus colaboradores han trabajado activamente para alcanzar esta elevada meta. Se han negado a aceptar toda creencia de pérdida o disminución. La creencia es que un gran porcentaje de nuestros miembros son personas de edad avanzada y que todos los años podemos perder muchos de ellos.

Nos permitimos pedirles a Uds. que se unan a nosotros para negar los argumentos más comunes que impedirían el desarrollo de nuestra Iglesia. Necesitamos saber que no hay resistencia que impida el apoyarse de todo corazón en la Verdad para la curación, que no hay ninguna creencia que justifique que la medicina y la Ciencia Cristiana puedan mezclarse con éxito, que ningún miembro puede salirse de la norma de la Ciencia Cristiana y, por lo tanto, creer que no puede de buena fe continuar como miembro.

¿Qué pueden hacer Uds.? Pueden ayudarnos incluyendo a los miembros de La Iglesia Madre en vuestras oraciones diarias, y pueden velar para no perder ninguna oportunidad de conducir al extraño hacia la tierra de la Ciencia Cristiana. Con alegría informamos que los cultos de nuestra iglesia y las conferencias indican un aumento de concurrencia. Se ven personas nuevas — muchas de ellas son gente joven.

Con todo lo importante que esto es, nada es comparable al testimonio de una buena curación que nuestro prójimo pueda presenciar y que lo anime a unirse a nuestra iglesia. Mrs. Eddy escribió en una ocasión: “A menos que tengamos mejores sanadores, y que se haga más de esta labor que de cualquier otra, nuestra Causa no habrá acabado todo ni estará firme. La demostración es el todo de la Ciencia Cristiana, nada más lo prueba, nada más la salvará y la hará permanecer entre nosotros. Dios lo ha dicho — y Cristo Jesús lo ha probado” (ibid., pág. 46).

Informe de la Administración Fideicomisaria de La Sociedad Editora de la Ciencia Cristiana leído por el Presidente

Éste es un informe realístico y sorprendente, sin falso optimismo. Nos enfrentamos a serios problemas.

El The Christian Science Monitor arroja pérdidas. Esta situación ha existido ya por muchos años y es tiempo de que la sanemos.

Los hechos son los siguientes: El prestigio del Monitor nunca ha sido más elevado; su circulación ha llegado a su más alto nivel. Pero aún este nivel no es lo suficientemente alto para atraer el número de anuncios que son necesarios para poner el periódico sobre una base económica provechosa. La inflación y el alto costo de vida nos presentan la clase de desafío con la que los Científicos Cristianos siempre se han enfrentado. Es tiempo ya de que demostremos provisión.

Todos sabemos que esto puede hacerse — todos hemos hecho esta demostración en nuestra experiencia individual repetidas veces. La Sociedad Editora está desarrollando un plan para convertir el Monitor en una empresa próspera.

Todos somos accionistas del Monitor. El Monitor es una vanguardia espiritual de nuestro movimiento y su misión es la de informar y transformar la sociedad. Y lo está haciendo. La serie Crisis in the Courts (Crisis en las cortes) fue la base para la reforma judicial efectuada en siete estados le los Estados Unidos de America. La serie Children in Trouble (Niños en dificultad) impulsó acción legislativa en seis estados para ayudar a resolver los problemas de los adolescentes. Y en los estados de Delaware y de Carolina del Sur, esta serie ha traído como resultado un cambio total en los métodos que estos estados han estado usando al tratar sus casos de adolescentes. La serie sobre los parques nacionales por Robert Cahn fue tomada como base por la Secretaría de lo Interior de los Estados Unidos para iniciar un nuevo enfoque en sus planes de largo alcance en su programa de conservación del ambiente. Y como resultado de esto, el Sr. Cahn fue nombrado, por el Presidente Nixon, miembro del “Consejo Presidencial sobre los problemas de la calidad del ambiente”.

Ya mencioné que estamos desarrollando un plan. Uno de los primeros pasos fue dado este año.

Por muchos años, el servicio de correos en este país se ha ido deteriorando. Mientras tanto la tecnología en el método de impresión offset ha progresado tanto, hasta hacer posible una impresión de mayor calidad de la que pueden hacer nuestras prensas.

Hace un año los impresores en Los Ángeles, E. U. A. y Londres, Inglaterra, que están bajo nuestro contrato, cambiaron al sistema offset y nosotros inmediatamente empezamos a investigar las posibilidades para usar facilidades similares en otras partes de los Estados Unidos. En la actualidad todas las ediciones del Monitor están siendo impresas en imprentas situadas fuera de la ciudad de Boston, y en el sistema offset. Esto no tan sólo ha mejorado su distribución sino que en la actualidad es el primer periódico importante en América que tiene todas sus ediciones impresas en offset.

El Monitor continuará señalando los problemas de nuestra sociedad y continuará trabajando asiduamente para forjar soluciones para estos problemas. Su labor es la de ayudar a reformar al mundo.

Nuestras otras publicaciones comenzaron un período de renovación al continuar llevando a cabo plenamente las instrucciones que nos da Mrs. Eddy en el Manual, de que éstos se mantengan conforme a las exigencias del día. Los artículos en el The Christian Science Journal, Christian Science Sentinel y El Heraldo de la Ciencia Cristiana, que tratan sobre la juventud y sus problemas, sobre el viejo, y al mismo tiempo nuevo, desafío del magnetismo animal y los problemas de las drogas; también, los artículos especiales La Iglesia en Acción y Entrevistas, todos estos contribuyen a la aplicabilidad de estas publicaciones. Un nuevo vigor espiritual ha traído como resultado un aumento de 5% en las ventas del Sentinel y de 3% en las del Journal.

¿Continuará este aumento? Esto depende de nosotros. La verdad está aquí. Sólo necesitamos aplicar el Principio, y los pasos humanos correctos seguirán.

En las palabras de Mrs. Eddy: “El camino correcto nos da el derecho al camino, es decir, al camino de la Verdad y el Amor, por el cual todas nuestras deudas se pagan, la humanidad es bendecida y Dios es glorificado” (Miscellany — Miscelánea, pág. 232). Los Científicos Cristianos son personas que saben solucionar problemas; la Ciencia Cristiana es una religión en la que el corazón alcanza al corazón. Esta religión ha demostrado por más de cien años que el poder de Dios sana al hombre tanto física como moralmente, y que es el medio más eficaz para sanar la enfermedad y el pecado. Éste es el mensaje del Cristo, la Verdad, que nuestras publicaciones continúan llevando al mundo.

Y ahora, en nombre de los Fideicomisarios, quiero rendir homenaje a la abnegada mujer que ha sido responsable de la redacción de estas publicaciones por cerca de un cuarto de siglo — la Sra. Helen Wood Bauman. La Sra. Bauman ha pedido que se la releve de sus obligaciones como Redactora para dedicar todo su tiempo a la práctica pública y a la enseñanza de la Ciencia Cristiana.

Al mismo tiempo, quiero extenderle una afectuosa bienvenida al Sr. Carl J. Welz, de San Francisco, California, quién regresará a la Sociedad Editora para suceder a la Sra. Bauman como Redactor.

Film

La película de cincuenta minutos de duración cuyo título se basa en el tema de la Asamblea Anual, describió la respuesta de La Iglesia Madre a las necesidades actuales de la humanidad. También señaló diferentes maneras en que los Científicos Cristianos, individualmente, sus iglesias filiales y sociedades están aceptando los desafíos de la época y respondiendo a la pregunta: “Pero, ¿qué puedo yo hacer?” por medio de sus vidas, su práctica, y sus servicios.

El énfasis fue puesto en el activismo espiritual transformado en la compasión expresada en las inspiradas actividades para la iglesia. Entre ellas se pueden ver dos casos de cómo vencer la declinación de la concurrencia a la Escuela Dominical, el establecimiento de una “mini” Sala de Lectura en un barrio latino, la labor de los traductores en conexión con Ciencia y Salud escrito por Mrs. Eddy, así como las publicaciones periódicas editadas por La Sociedad Editora de la Ciencia Cristiana y el trabajo internacional de conferencias. Varias personas que fueron entrevistadas se refirieron a los pasos naturales que las condujeron a ingresar en la práctica pública de la Ciencia Cristiana.

De Louisville (E. U. A.): “En realidad todo se reduce al amor que uno siente por la humanidad. Si tenemos suficiente amor por la humanidad, saldremos y tocaremos los timbres de las casas e invitaremos a la gente y a veces nos ensuciaremos las manos. Si no lo hacemos entonces no lo podemos realizar — en eso reside todo”.

De Londres: Extendiendo vigorosamente la hospitalidad de la Escuela Dominical quizá nos ha “despertado un poco al hecho de que ... tenemos una cierta obligación para con el mundo exterior al que recién hemos comenzado a alcanzar — y no sólo una obligación individual sino quizás una obligación colectiva por parte de la iglesia”.

De Porto Alegre (Brasil): “Creo que lo más importante es que la gente siente que puede venir a la iglesia y ser bienvenidos ... y están enviando a sus hijos a la Escuela Dominical. También concurren a las conferencias. Y las curaciones que reciben son maravillosas porque han hallado ... que forman parte del amor de Dios”.

De la ciudad de Nueva York: “Fuimos al barrio latino, y tocamos los timbres de las casas y entregamos a la gente invitaciones para la conferencia. Y nunca he visto tanto afecto, receptividad y gratitud”.

De Indonesia: “Nuestra gente es afectuosa y dispuesta a compartir. De modo que, cuando leen los artículos en el Bentara, el Heraldo indonesio, los aplican a sus problemas y se encuentran con que da buenos resultados. Una vez que tienen la perla de gran precio desean compartirla y llevársela a sus hijos y familiares, a los enfermos, a los que están en dificultades, a los necesitados. Y todos acuden y desean estudiar la Ciencia Cristiana. Les proporciona un sentido de dignidad, un sentido de valor, un sentido de propósito”.

De Berlín: “Quizá Ud. estaciona su automóvil y camina junto al alambrado de púas, y piensa con respecto a esa iglesia — ¿cuánto tiempo la van a mantener tan cerca de la frontera? Y cinco minutos después, cuando ellos comienzan a cantar o cuando oran, se le desvanecen esos pensamientos”.

De Japón (con respecto a la necesidad de obtener más material de lectura en japonés): “No sabemos exactamente cómo va a venir, pero creo que tiene que ser una expresión de nuestro amor hacia la comunidad y hacia el mundo”.

Del Gerente de los Comités de Publicación: “Tenemos que aprender a ser la familia del hombre ... los hijos de Dios. ‘Amados, ahora somos hijos de Dios’. No podemos tener éxito si sólo nos vemos como los hijos norteamericanos de Dios. Tenemos que vernos como los hijos universales de Dios”.

De la Isla Mauricio: “Todo el mundo está dispuesto a escuchar cualquier mensaje del bien cuando es ofrecido con amor. No hago ninguna diferencia al respecto entre cristianos y no cristianos”.

De Auckland (Nueva Zelanda): “Al caminar por la calle Queen pienso: ¿Cómo puedo dejar un poco de luz en esta calle? ¿Cómo puedo dejar aquí un poquito menos de temor? Padre, muéstrame el modo de hacerlo”.

De Malawi (África Oriental): “Hay sólo una cosa que deseo hacer. Siempre oro: ‘Aquí estoy, Señor. Úsame’. Siento que un día de estos se realizará, por supuesto, y sabré exactamente qué hacer ... Se remueve la tierra, luego se planta la semilla, empujándola dentro de la tierra. No se puede hacerla crecer sino que hay que esperar; esperar algún tiempo y entonces la semilla germinará”.

Cambios en el Cuerpo de Conferenciantes de la Ciencia Cristiana

Nuevos miembros designados para el Cuerpo de Conferenciantes de la Ciencia Cristiana: Sra. Catherine H. Anwandter, C.S.B., de Santiago, Chile; John Richard C. Kenyon, C.S.B., de Londres, Inglaterra; Alaister G. Smith, C.S.B., de San Francisco, California.

Los siguientes conferenciantes tomarán una licencia de un año para dedicarlo al descanso, al estudio y a la práctica de la Ciencia Cristiana: Sra. Josephine H. Carver, Jules Cern, Norman B. Holmes, Geith A. Plimmer, Jane O. Robbins, Paul K. Wavro, y Edward C. Williams.

La Sra. Georgina Tennant, de Londres, Inglaterra, ha expresado su deseo de retirarse como miembro del Cuerpo de Conferenciantes para poder dedicar todo su tiempo a la enseñanza y a la práctica de la Ciencia Cristiana.

Reingresan al Cuerpo de Conferenciantes los Sres. Gordon F. Campbell, William Milford Correll, Paul A. Erickson, Martin N. Heafer, Howard H. Irwin, Harry S. Smith y la Sra. Florence C. Southwell.

William Milford Correll y la Sra. Florence C. Southwell regresan al Cuerpo de Conferenciantes de la Ciencia Cristiana luego de haber prestado varios años de servicio en La Iglesia Madre en otros cargos. Como también fuera anunciado, la Sra. Naomi Price ha renunciado al Cuerpo de Conferenciantes para reemplazar al Sr. Correll como Redactor Adjunto de las publicaciones periódicas de la Ciencia Cristiana.

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