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La Ciencia Cristiana* es para mí...

Del número de julio de 1970 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


La Ciencia Cristiana Christian Science: Pronunciado Crischan Sáiens. es para mí el único camino verdadero y definitivamente insuperable para la reformación y salvación de una vida de crímenes. Para que otros puedan apreciar verdaderamente lo que la Ciencia Cristiana ha hecho por mí, es menester que yo relate algo de mi vida pasada y sobre los métodos que se usaron para tratar de cambiarme.

En el año 1920 un juez de una corte superior me declaró un delincuente juvenil irremediable. Tenía entonces quince años de edad. Fui sentenciado a cumplir cinco años en el reformatorio estatal. Fui llevado dos veces más al mismo reformatorio antes de ser enviado a Sing Sing condenado a quince años de prisión. Durante varios años fui encarcelado en distintas prisiones tanto estatales como federales. Sentía un gran rencor contra las leyes humanas.

Cuando conocí la Ciencia Cristiana me hallaba completamente incomunicado en una celda de Sing Sing a donde nuevamente me habían llevado después de haber escapado. Alguien tiró un recorte de periódico en mi celda que vino a ser el artículo metafísico del The Home Forum, página del The Christian Science Monitor. Lo leí repetidas veces — ¡ estaba escrito para mí!

No cambié inmediatamente pero una luz empezó a iluminar mi camino. La inteligencia y el sentido común que emanaban a través del artículo me llegaron muy hondo. Era un oportunista y buscaba algo que pudiera servirme. La Ciencia Cristiana comenzó a servirme y todavía lo está haciendo. Empecé a formar una biblioteca de las obras de Mary Baker Eddy. Tocaba el clarinete en los servicios religiosos de la Ciencia Cristiana que se celebraban en la prisión y, por medio de la Ciencia Cristiana, me convertí en un recluso que trabajaba para Dios.

En diversas maneras expresé mi profunda gratitud por la labor desempeñada por el comité encargado de las actividades de la Ciencia Cristiana en las instituciones y prisiones. Fui el secretario de este comité en la prisión.

Por medio del estudio de la Ciencia Cristiana aprendí lo que es la verdadera libertad. Este estudio me enseñó que en realidad no existen prisiones, que nosotros mismos nos las construimos.

Mientras estaba preso fui sanado de estreñimiento por la Ciencia Cristiana, la que me liberó del uso constante de laxantes. También me curó del hábito de fumar. Solía fumar una cajetilla diaria. También fui sanado de la necesidad de aspirar profundamente por falta de aire y de un trastorno interno que me producía hemorragias. En una ocasión, alrededor de las tres de la mañana, tuve la sensación de que me estaba muriendo en mi celda, pero me recuperé y fui sanado. Fueron muchas las curaciones que tuve por medio del estudio de la Ciencia Cristiana mientras me encontraba preso. Estudiaba todos los días la Lección-Sermón del Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana, en un salón donde practicaba la banda de música a la cual estaba asignado.

Ahora estoy libre — no tan sólo de la prisión — sino libre en todo sentido. Hace ya muchos años que cumplí el período de libertad bajo palabra, federal y estatal.

Soy miembro de una filial de la Iglesia de Cristo, Científico, donde soy conserje y ujier. Recientemente fui nombrado visitador autorizado para las instituciones. También soy miembro de La Primera Iglesia de Cristo, Científico, en Boston, Massachusetts.

Podría pensarse que el haber estado en prisión haya sido malo, pero en la página 66 de Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras Mary Baker Eddy cita:

Dulce es el fruto de la adversa
suerte:
Que, como el sapo, feo y
venenoso,
Lleva en la frente joya de
gran valor.

[Shakespeare]

La prisión fue la adversidad, semejante a un sapo, feo y venenoso; pero la joya de gran valor para mí — la perla de gran precio — fue la comprensión que tuve de Dios por medio de este maravilloso estudio de la Ciencia Cristiana. Las enseñanzas de Mrs. Eddy me dieron lo que siete prisiones no pudieron darme — la verdadera libertad. Ahora soy dueño de un negocio, soy propietario de mi casa, puedo votar, y respeto a Dios y la ley de los hombres.


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