Algunos jóvenes toman bebidas alcohólicas con la intención de que un "grupo influyente" los acepte o para que una situación humana sombría parezca atrayente o, por lo menos, tolerable. Otros experimentan con drogas para desarrollar el pensamiento, para sublimar la existencia. Quizás otros jóvenes drogadictos estén simplemente experimentando con los sentidos, tratando de saber más acerca de ellos mismos.
¿ Cómo puedes saber más acerca de lo que eres realmente? ¿ Dónde puedes buscar la identidad, la realización, la participación en algo significativo? Nunca en la materia, dice la Ciencia Cristiana, porque esta Ciencia muestra que la verdadera naturaleza del hombre no es material, que el hombre es creado por Dios, que es Su imagen y semejanza. Si sabemos lo que es esta semejanza, estamos en camino de comprender quiénes somos realmente.
En Ciencia y Salud Mrs. Eddy da la definición de Dios: "El gran Yo Soy; el que todo lo sabe, todo lo ve, que es todo acción, sabiduría y amor, y que es eterno; Principio; Mente; Alma; Espíritu; Vida; Verdad; Amor; todo substancia; inteligencia" (pág. 587). Aquí, por inferencia, hallamos la identidad del hombre creado por Dios, el hombre que refleja la omnisciencia, el poder y la presencia de su Creador. Esto significa que todo en nuestro ser verdadero refleja el orden del Principio, la sabiduría infinita de la Mente, la incorporeidad e individualidad del Espíritu, el gozo e inspiración del Alma, jamás tocados por el sentido o sensibilidad falsos.
Hallar tu identidad verdadera significa descubrir en tu propia consciencia la inmortalidad y la actividad de la Vida, la integridad de la Verdad, la caridad y la compasión del Amor. Éste es el significado más grande de la individualidad. Éste es el hombre que expresa la imagen de su Padre celestial.
Este hombre perfecto fue expresado eminentemente por Cristo Jesús. Él no tenía dudas respecto a quién era. Se sabía el Hijo de Dios, la imagen o idea de la Mente divina. La comprensión de su ser espiritual y verdadero, diametralmente opuesto a la apariencia material, era una parte tan intrínseca de su consciencia, que sabía que esto era la verdad acerca de todos, en todas partes, y nunca aceptó nada menos para el hombre. Cristo Jesús demostró este hecho en cierta medida cada día de su vida humana. Su reconocimiento y aceptación del reflejo perfecto y espiritual del hombre, lo capacitaron para curar al enfermo y al pecador y resucitar a los muertos. ¿No fue esto un compromiso significativo?
Jesús también fue blanco de sutiles tentaciones, como lo es ahora nuestra generación enterada. Jesús tuvo su experiencia en el desierto, y se le prometió el mundo si admitía que la materia y el poder material eran necesarios para el cumplimiento de su misión individual. Su firme respuesta fue: "Vete, Satanás" (Mateo 4:10).
Hoy en día, la mente mortal, o pensamiento material, pretende que la droga LSD, el alcohol, y la marihuana pueden liberar la mente, desarrollar nuestras aptitudes, darnos el mundo, por así decirlo. Y la mejor respuesta que podemos dar a esta mente falsa es: "¡ Vete!".
Todos nosotros, como verdaderos hijos de Dios, tenemos la misma fuente de poder y aptitud que tenía Cristo Jesús, quien afirmó: "He aquí el reino de Dios está entre vosotros" (Lucas 17:21). ¡ La total magnitud de las cualidades divinas es nuestra para utilizarla! El primer paso es comenzar a reconocer nuestra herencia divina, aceptar la verdad del ser como la expone Mrs. Eddy: "El hombre es idea, la imagen del Amor; no es corpóreo. Es la idea compuesta de Dios, incluyendo todas las ideas correctas; es el término genérico de todo lo que refleja la imagen y semejanza de Dios" (Ciencia y Salud, pág. 475). La dependencia en drogas enviciantes y nocivas no está en armonía con el hecho de que el hombre es gobernado por Dios.
En la Ciencia aprendemos que Dios es la Mente del hombre. En Dios, la Mente, está todo lo que el hombre necesita. Esta Mente única e infinita no puede desarrollarse mediante drogas alucinantes; esta Mente ya es completa, omnipotente, omnipresente eternamente. Acercándonos más a esta Mente por medio de la oración, no seremos perturbados por las situaciones mundiales. La armonía, libertad y regocijo de la consciencia espiritual predominarán en el pensamiento. Usando la Ciencia Cristiana, no permitirás que se te identifique con la mortalidad y el sensualismo, porque estarás demostrando la verdad de que el hombre es impecable e inmortal.
Una joven estudiante de Ciencia Cristiana que cursaba estudios sobre composición literaria, era rodeada en sus clases y en el dormitorio universitario por aquellos que se llaman de temperamento artístico. Un porcentaje asombroso de sus compañeros, creyendo que podrían aumentar su percepción y liberar su habilidad creadora, usaban drogas en diversas formas. Pensaban que debían "ponerse a tono" para experimentar aquello que despertara en ellos el sentimiento artístico.
La instrucción que desde muy niña había recibido en la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana, le había enseñado a esta joven que no necesitaba de tales estimulantes. Sabía que la inteligencia, la inspiración, la espontaneidad y la creatividad se originan en Dios, y que ella expresaba todas estas cualidades por reflejo.
Sus compañeros la respetaron por su firme oposición a experimentar con las drogas. Suya también fue la firme respuesta: "¡ Vete!", o sea, el reconocimiento del reino de Dios dentro de sí misma; y para su propia satisfacción, demostró que las drogas no eran ni necesarias ni deseables.
¿ Te sientes tentado a veces a pensar que te falta inteligencia, que necesitas dirección y habilidad? Continuando con la definición del hombre, hallamos que él es "aquello que no posee vida, inteligencia, ni poder creativo propio, sino que refleja espiritualmente todo lo que pertenece a su Hacedor" (ibid., pág. 475). ¡ Piensa en esto! El hombre refleja todo lo que Dios es. El hombre es capaz, inteligente, creativo, productivo, completo — refleja todas las cualidades del reino de Dios que está dentro de él.
¡ He allí al hombre! ¡ Ése eres tú!