Millones de personas saben que Dios es el Padre divino de todos. Cristo Jesús enseñó a sus seguidores a referirse a Dios como “padre nuestro que estás en los cielos”. Mateo 6:9; Pero generalmente no se reconoce que Dios es también la Madre infinitamente afectuosa de todo el universo espiritual. Fue la Ciencia Cristiana Christian Science: Pronunciado Crischan Sáiens. la que habría de revelar el hecho de que la Deidad manifiesta los atributos de feminidad y maternidad así como de masculinidad y paternidad. Dios forma, crea, sustenta y fortalece cada objeto individual de la creación, al mismo tiempo que es su causa vivificante o Principio divino. Como Mary Baker Eddy lo dice en Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras: “El Amor, el Principio divino, es el Padre y la Madre del universo, incluso el hombre”. Ciencia y Salud, pág. 256;
El hecho divino acerca de la maternidad de Dios es de vital importancia para todos. Cuando este hecho se comprende, aporta consuelo y curación a los mortales que aparentemente están necesitados.
En el reino físico se reconoce que la experiencia en la vida de una persona es grandemente influenciada por su madre; que ella es, en realidad, esencial para su existencia misma. Es obvio que la formación de un mortal depende grandemente del cuidado de su madre humana. La madre es la influencia más poderosa en la vida de un niño, tanto antes como después de su nacimiento. Ella nutre y vigoriza al nuevo representante de la raza humana a quien da a luz. Sus pensamientos son en gran parte responsables de las primeras impresiones que recibe la criatura al entrar al mundo. Le es natural a una madre cuidar y proteger a su hijo y asegurar su completo bienestar.
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