Soy músico y me he dado cuenta de que la música es una de las expresiones donde más se puede hacer patente la espiritualidad. He percibido esto al interpretar obras de los grandes maestros como, por ejemplo, el Aleluya del oratorio "El Mesías" de Handel, el cual inicia majestuosamente y su intensidad va ascendiendo cada Vez más, alabando la grandeza de Dios. Esta obra nos transporta a alturas de gran belleza espiritual.
Lo mejor era seguir cantando y no ceder al temor.
De la misma manera, podemos espiritualizar nuestro pensamiento en las actividades cotidianas y mantener un nivel en el que nos permite ayudar a mantener sano el ambiente que nos rodea cuando se presentan situaciones en donde podemos ser útiles.
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