Cuando empecé a hacer la investigación para mi tesis a fin de terminar mi Maestría, todo a mi alrededor comenzó a derrumbarse. Era invierno y una época de mucho estrés. Además, no tenía idea de lo que me deparaba el futuro.
Un día, me levanté y no podía ver con el ojo derecho. Desesperada y confundida, me comuniqué con mi hermana mayor y le conté lo que ocurría. Ella es estudiante de la Christian Science y de inmediato se ofreció a ayudarme mediante la oración. Yo siempre había sido una persona espiritual, de modo que le dije: "Sí, por favor, ora por mí". Yo estaba tan asustada que fui a ver a un oculista, pero él no me pudo explicar lo que había pasado. Me dijo que tal vez se debiera a un virus y que en un mes recuperaría la vista. La misma regresó en tres días, y yo estaba convencida de que era gracias a las oraciones de mi hermana.
Luego comencé a sentir escalofríos, entumecimiento y hormigueo en todo el cuerpo, y meses después, parálisis parcial. Muy preocupada, dejé la escuela por seis meses y fui a visitar a mi hermano en Nuevo México, quien me llevó a varios médicos especialistas. Después de hacerme unas pruebas, nadie pudo darme un diagnóstico definitivo. Durante todo este tiempo, siempre recordaba la curación de la vista. Tenía la pregunta latente: "¿Cómo se produjo?"
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!