No importa en qué parte del mundo nos encontremos, ni la creencia religiosa que profesemos, el espíritu de la Navidad toca a la puertas de nuestros corazones indefectiblemente. La energía divina como "una voz callada y suave", 1° Reyes 19:12, según Versión Moderna. atraviesa la oscuridad de las preocupaciones, las quejas y los problemas del diario vivir, y está disponible universalmente para ayudarnos a tomar consciencia de la luz de la Verdad, el Cristo, o idea espiritual de Dios. Es así como muchos en esta época preparan su pensamiento para conmemorar el nacimiento del Salvador con la alegría e inocencia propias de un niño, y con la receptividad y la humildad que el Maestro Cristo Jesús manifestó.
Mary Baker Eddy responde a la pregunta ¿es este niño nacido en Belén maravilloso?, diciendo: "Sus obras demuestran que lo es. Él da poder, paz y santidad; exalta al humilde, da libertad al cautivo, salud al enfermo, salvación del pecado al pecador — ¡y vence al mundo!
"Id y declarad las cosas que veréis y oiréis: los espiritual y físicamente ciegos reciben la vista; los cojos, aquellos que cojean entre dos pensamientos o renquean con muletas, andan; los leprosos, físicos y morales, son limpiados; los sordos —aquellos que, teniendo oídos, no oyen, y que sufren de 'tímpano cerebral'— oyen; los muertos, los sepultados en dogmas y padecimientos físicos, son resucitados; y al pobre —al humilde en Cristo...— le es predicado el evangelio". Escritos Misceláneos, pág. 168.
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