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Mary Baker Eddy y el valor del humor

Del número de noviembre de 2010 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


La fundadora de la Ciencia Cristiana, Mary Baker Eddy, dijo una vez: "Me gusta que mis estudiantes se rían. Reírse con ganas a menudo rompe el mesmerismo". Emma C. Shipman, "Mrs. Eddy and the Class of 1898". We knew Mary Baker Eddy, pág. 142. Ella sabía que la risa y el buen humor podían ayudar a eliminar el letargo y la opresión de la mente carnal, y su sentido del humor fue evidente a lo largo de su vida.

Como el irlandés que dijo que había hallado el eco más interesante. Él dijo: ¿Cómo te va? y [el eco] respondió...

Es bien sabido que, después de recuperarse mediante la oración de un serio accidente en 1866, dedicó los tres años siguientes a estudiar la Biblia con toda devoción para comprender mejor lo que había ocurrido al sanarse. Aunque posteriormente escribió que se había mantenido "alejada de la vida social", Ciencia y Salud, pág. 109. durante ese tiempo disfrutó de ocasionales reuniones sociales muy divertidas. En noviembre de 1868 le escribió a su amiga Sarah Bagley: "Mis amigos me han estado sacando a pasear brevemente. Tú sabes que rara vez salgo a menos que alguien me lleve, y en estos últimos tiempos, han estado organizando fiestas para mí. Anoche asistí a una y la noche anterior a otra, las dos de gran estilo y con mucho humor". L08307, Mary Baker Eddy to Sarah Bagley, November 8, 1868, The Mary Baker Eddy Collection, The Mary Baker Eddy Library.

Cuando la Sra. Eddy comenzó el Christian Science Journal en 1883, se aseguró de que hubiera "mucho humor" en sus páginas. A partir del sexto número del Journal, una columna de humor apareció con regularidad, junto con los artículos metafísicos y los testimonios de curación por la Ciencia Cristiana. Puede que los chistes en esos primeros números del Journal (y el sentido del humor de la Sra. Eddy en general) no les resulten tan graciosos a la gente de hoy como a los lectores de esa época. No obstante, ilustran la convicción que tenía la Sra. Eddy de que es importante que el humor y los chistes sean parte de la vida. A continuación publicamos algunos ejemplos:

—¿Qué aprendemos con la traslación del profeta Elías?, preguntó la maestra.
—Que se ahorró los gastos del funeral
—respondió el alumno con torpeza.
—¡Santiago! —exclamó la maestra muy seria.
—Eso dice mi papá. Él tiene una funeraria y dice que no le gustaría que todo el mundo se fuera de esa forma. Journal of Christian Science. September 6, 1884, p. 3.

El dolor de garganta de la jirafa debe ser incuestionablemente el de más larga duración que jamás se haya registrado. The Christian Science Journal, July 1885, p. 75.

Una mujer fue al médico para que le diera algo para el reumatismo de su marido. El doctor le da la receta y le dice: "Haga que se la preparen en la farmacia, y frótesela bien en la espalda. Si se mejora avíseme; ¡yo también tengo un poco de reumatismo!" The Christian Science Journal, August 1885, p. 93.

Durante la década de 1880 continuaron apareciendo chistes como éstos en las columnas del Journal. Y en el mismo período, las historias graciosas, la risa y el buen humor también fueron parte importante de las clases que la Sra. Eddy enseñaba en el Colegio Metafísico de Massachusetts, una institución que ella había fundado en Boston para capacitar sanadores y maestros de la Ciencia Cristiana. Un ejemplo de esto (y vale mencionar que los chistes sobre grupos étnicos eran muy populares en esa época) se encuentra en las notas que la Sra. Eddy le pidió a Joshua Bailey que tomara en su clase Primaria en marzo de 1889. Conversando con la clase acerca de que el hombre espiritual no puede dejar de ser la imagen exacta de Dios, la Sra. Eddy subrayó: "No es como ese irlandés que dijo haber hallado un eco de lo más interesante. Cuando gritó: '¡¿Cómo te va?!', [el eco] respondió ¡'Bastante bien!'" A12065, notes taken in Mary Baker Eddy's March 1889 Primary class by Joshua Bailey, The Mary Baker Eddy Collection.

La Sra. Eddy con frecuencia también hallaba humor en las situaciones y acciones de los que la rodeaban. En noviembre de 1910, un funcionario de La Iglesia Madre que tenía una cita con la Sra. Eddy entró en la sala sin que ella lo viera. Tomlinson luego escribió que "cuando él empezó a hablar, ella dijo bromeando y con una sonrisa: 'Me alegra que haya alcanzado el punto en que ya no puede ser visto por ojos humanos'". A12012, November 26, 1910, The Mary Baker Eddy Collection.

Una situación que le pareció muy graciosa a la Sra. Eddy ocurrió la única vez que anduvo en automóvil. Ella había comprado autos para el personal de su casa, pero prefería andar en su carruaje tirado por caballos. No obstante, Lora Rathvon en el prefacio de las reminiscencias de William Rathvon, Secretario Adjunto de la Sra. Eddy, escribe que cuando vivía en su residencia en Chestnut Hill, Massachusetts, ella un día decidió dar un paseo en la limosina Stanley Steamer, con motor a vapor.

La limosina tenía una carrocería especial en la que el asiento trasero contaba con dos sillas tapizadas, para comodidad de los viajeros... una vez que ella y la Sra. Sargent estuvieron sentadas en sus cómodas sillas, la Sra. Eddy indicó que para hacer este experimento prefería que uno o dos hombres estuvieran presentes. El deseo de cumplir con su pedido era mucho más grande que el lugar que quedaba libre en el auto. De modo que encorvándose como pudieron, el Sr. Rathvon y el Sr. Tomlinson lograron sentarse sobre una plataforma semicircular, parte de la caldera del automóvil. Ésta sobresalía del piso como si fuera un enorme queso, y sólo tenía unos veinte centímetros de alto, por lo que las rodillas de estos señores prácticamente les llegaban a la barbilla. Ellos no se dieron cuenta del "espectáculo" que estaban dando hasta que notaron que la Sra. Eddy, con su pequeña sombrilla en frente de la cara, ocultaba su risa. Lora C. Rathvon, Introduction to Reminiscences of William R. Rathvon, C.S.B., pp. 6 and 7.

Es obvio que la Sra. Eddy consideraba que el humor era una parte importante y natural en la vida de los Científicos Cristianos, y en realidad, de todos los cristianos. Como ella misma dijo en un discurso que dio a sus estudiantes en 1893: "Estoy de acuerdo con el Revdo. Dr. Talmage, en que hay 'ingenio, humor y vivacidad perdurable entre el pueblo de Dios'". Escritos Misceláneos 1883—1896, pág. 117.

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