Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

Dios responde a todas nuestras necesidades

Del número de noviembre de 2012 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


El Salmo 23, y el sentido espiritual que Mary Baker Eddy da del mismo en Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, han sido siempre para mí de mayor consuelo porque me ofrecen la seguridad de que Dios, el Padre de todos nosotros, no sólo nos ama poderosamente, sino que nos alimenta y provee de todo lo necesario. Esta interpretación dice en parte: “[EL AMOR DIVINO] es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos [el Amor] me hará descansar; junto a aguas de reposo [EL AMOR] me pastoreará” (Ciencia y Salud, pág. 578).

Cuando comenzamos a eliminar el miedo, empezamos realmente a diferenciar la voz de Dios de los sonidos del mundo material.

Dios nos ha estado hablando mediante la voz de los profetas y por medio de Cristo Jesús desde hace siglos, y en muchísimas citas de la Biblia encontramos la evidencia de que Dios se ocupa de nosotros. “No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú” (Isaías 43:1). “Con amor eterno te he amado” (Jeremías 31:3). “No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino” (Lucas 12:32).

Dios nos ha creado para que Lo expresemos; nos creó a Su imagen y semejanza, según se lee en el Génesis. ¿Es lógico que esa expresión, esa semejanza, carezca de lo necesario para manifestar la gloria del Creador?

Muchos de nosotros puede que nos sintamos algunas veces los únicos responsables de nuestra familia, de la casa, trabajo, etc., y tratemos de sobrellevar los tiempos difíciles haciendo enormes esfuerzos. No hay nada de malo en tratar de cumplir con nuestras obligaciones, pero nos resultaría mucho más fácil cumplir con ellas si las dejáramos en las manos de Aquel que posee todos los recursos y tiene todo el poder: Dios.

Cuando nos vemos ocupados tratando de solucionar alguna situación, tomar un momento para escuchar lo que Dios tiene para decirnos mejoraría de una manera asombrosa el camino que necesitamos seguir para arreglar esa situación. Dios tiene una solución para cada problema. Su supremacía hace que todo lo que sea desemejante a El, ya sean conflictos, carencia, dolores, enfermedades, pérdidas, y otros, cedan ante el poder de Su presencia. Cuando Jesús instó, no sólo a sus discípulos, sino también a nosotros — ya que su mensaje fue para toda la humanidad — a que no tuviéramos temor porque el Padre se ocupa de alimentarnos y vestirnos así como lo hace con los lirios, él hablaba con la autoridad del Cristo.

El Cristo es el mensaje de Dios dirigido a nosotros, el mensaje divino “que habla a la consciencia humana”, como aclara Ciencia y Salud (pág. 332). Este mensaje nos llega a cada momento, y podemos sentir las palabras Paternas: “No tengas miedo”. Cuando comenzamos a eliminar el miedo, empezamos realmente a diferenciar la voz de Dios de los sonidos del mundo material. Y cuando lo hacemos, la salud, la armonía, la provisión, llegan, quizá no por los canales que habíamos supuesto que debían llegar, pero el bien que proviene de Dios siempre se abre paso para satisfacer nuestras necesidades.

Cuando nos vienen noticias de diferentes partes del mundo, noticias muchas veces impresionantes, sobre la violencia y el hambre que sufren muchos pueblos, encuentro que lo mejor es mantener en mi pensamiento estas verdades: Que Dios ama a Sus criaturas, que las alimenta y las viste; que nada puede desviar Su voluntad que es buena, ni oponerse a Su poder Supremo. En la medida en que reconozcamos esa presencia sanadora de Dios en todas partes, podremos sentir la certeza de que el bien se hará perceptible en lo que percibimos y hacemos, y todas las necesidades serán satisfechas.

Original en español

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / noviembre de 2012

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.