Estaba pasando una época de mucha presión en mi trabajo, de esto hace unos años. Un día, llegué a casa con mucho dolor en la espalda. Esto fue algo totalmente inesperado, pues no había hecho ningún esfuerzo en el trabajo. Mis familiares me ayudaron a acostarme y les pedí que me alcanzaran una revista de El Heraldo. Recuerdo que el primer artículo que leí decía: “La señora llamó a la practicista [de la Ciencia Cristiana] porque tenía un fuerte dolor de espalda”. Esto me hizo reír porque me pareció increíble. Ni bien leí el artículo me dormí y cuando me levanté al día siguiente estaba totalmente libre del dolor.
Me llenó de enorme gratitud comprobar que la respuesta ya estaba allí. Yo tenía varios Heraldos, y el que comencé a leer justo tenía el artículo con la respuesta que necesitaba en ese momento. Así es como la Verdad golpea a nuestra puerta cuando estamos esperando, cuando más lo necesitamos.
Como escribe Mary Baker Eddy: “El Amor divino siempre ha respondido y siempre responderá a toda necesidad humana” (Ciencia y Salud, pág. 494). Y la respuesta puede ser una canción, una flor, un susurro, cualquier cosa. Dios siempre llega con Su pensamiento a nosotros.
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