Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

Misión: Posible

Del número de enero de 2013 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Originalmente publicado en el Christian Science Journal de Enero de 2013.


 Cristo Jesús sabía lo que iba a hacer en la tierra. Iba a salvar al mundo de la esclavitud del pecado, la enfermedad y la muerte, al ser un ejemplo de vida y vivir en total acuerdo con Dios. Como él mismo dijo: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10).

Tal vez sería presuntuoso decir que cada uno de nosotros tiene la misma misión que él, si no fuera que Jesús encargó a sus seguidores que ellos también sanaran enfermos, resucitaran muertos y echaran fuera demonios. Él mostró que la manera de realizar estas obras es hacer siempre la voluntad de Dios. A menudo pensamos que no sabemos cuál es la voluntad de Dios, o que nosotros no podemos ser tan buenos. Pero Jesús también nos mostró cómo rechazar esas tentaciones entendiendo que sólo Dios tiene poder para gobernar y cuidar de nosotros. En última instancia, tenemos que aceptar que su misión es nuestra también, porque el único Espíritu omnipotente que impulsó la vida de Jesús, nos impulsa a todos nosotros. La misión tiene éxito cuando, como él hizo, dejamos de lado el sentido personal que dice que estamos separados del Espíritu. 

Jesús aceptó la misión de salvar al mundo mediante el amor. Vale la pena hacer una pausa de vez en cuando para declarar con toda humildad que nosotros también aceptamos la misión. Luego, al comenzar su ministerio público Jesús eligió algunos acompañantes. No todos parecían competentes, pero él debe haber confiado en que Dios le daría todo lo necesario para cumplir su tarea, incluso ayudantes capaces. 

De modo que, ¿quién es parte de tu equipo para esta misión? Quizás pienses primero en personas específicas, pero tu confianza puede aumentar en gran medida si pones primero a la Iglesia en la lista, específicamente al pastor de la Iglesia de Cristo, Científico —la Biblia y Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, por Mary Baker Eddy. ¿Qué más podemos pedir de un pastor que está con nosotros todos los días para responder a toda necesidad? Sus consejos y sermones elevan infaliblemente nuestro pensamiento para que comprendamos la misión por la que estamos aquí y la razón por la que podemos cumplirla. Estos consejos y sermones nunca se desvían hacia opiniones personales. Nos enseñan cómo orar, amar, purificar nuestra naturaleza y romper las cáscaras de creencias carnales, para hallar nuestra identidad espiritual y poder sobre el mal. 

Saber que no estamos solos en esta misión renueva el valor para llevarla a cabo. También forman parte de nuestro equipo las publicaciones periódicas de la Ciencia Cristiana; las oraciones hechas por todos, los himnos y los testimonios de curación de los servicios religiosos; y por supuesto, los testigos (¡benditos sean!) de los cuales aprendemos a lo largo del camino del Cristo. El estar conscientemente agradecidos por todas las formas en que el Amor nos sostiene en la Iglesia, disminuye el temor al fracaso. 

El argumento del cuadro materialista siempre dice que no contamos con lo necesario para demostrar la supremacía del Espíritu. Pero podemos decir con Jesús: “No me ha dejado solo el Padre” (Juan 8:29). La Iglesia de Cristo cuenta con el poder espiritual que el infierno no puede derrocar. El éxito de nuestra misión no sólo es posible, es la voluntad de Dios.

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / enero de 2013

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.