Alegría, esperanza, empuje, renovación. Casi todos tenemos estos sentimientos cada vez que se inicia un nuevo año. Muchos incluso tenemos la determinación de cambiar ciertos hábitos, de reformarnos, de estudiar, de trabajar, de hacer un cambio rotundo, de darle propósito a nuestra vida.
Cristo Jesús también les hablaba a sus discípulos de esta renovación, pero desde una perspectiva diferente. Él decía que para lograrlo debemos buscar primero el reino de Dios, donde reina la justicia, y que después todo lo que podamos necesitar se manifestará naturalmente. (Mateo 6:33).
Entiendo que Jesús nos estaba exhortando a saber quiénes somos, a preguntarnos ¿dónde está el reino de Dios y su justicia? A descubrir que es el reino de la armonía donde la Mente infinita gobierna, infalible, eterna y omnipotente, donde la creación de Dios, incluso el hombre, expresa la perfección, la paz y la sabiduría de su Creador. A percibir que el reino de Dios, en definitiva, está dentro de nosotros mismos,
Jesús sabía que por ser hijos de Dios el bien ya está a nuestro alcance, que no tenemos porqué esperar. De hecho afirmó: “ Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega “(Juan 4:35). Y esto no sólo para una o dos personas, sino para todos, si aprendemos a mirar bien, a mirar siempre hacia adelante, para ver curación, progreso, alegría, en lugar de añorar o lamentar lo que quedó atrás.
Un himno de la Ciencia Cristiana nos invita a no conformarnos con lo que vemos, escuchamos o creemos. Dice en parte que por más que investiguemos muchos libros, estemos rodeados de los hombres más sabios, aún así, Dios con Su tierna voz nos llama instándonos a volver a mirar, es decir, a ver el bien que ya está presente (Christian Science Hymnal Suplement, N° 458).
Miremos el nuevo año, entonces, con renovada esperanza y determinación, con la certeza de que habrá progreso y curación en todos los aspectos de nuestra vida porque es nuestro derecho como linaje perfecto de la Mente infinita.
Fiel a esta invitación de renovarse, La Sociedad Editora de la Ciencia Cristiana tiene el placer de poner en sus manos el nuevo formato de El Heraldo de la Ciencia Cristiana. Lo invitamos a leer el mensaje sobre este cambio que se encuentra en la contratapa.
Con afecto,
