Ya sea que expresemos amor o que lo recibamos, siempre que sea desinteresado, sincero y puro, ese amor bendice, protege y sana, pues es una expresión del Amor divino.
Continuamente me recuerdo a mí misma: “No importa si es o no correspondido, no importa lo que hagan, digan o piensen los demás, si es erróneo, nada es, amar es lo único que cuenta. No permitas que nada ni nadie que esté equivocado, ni ninguna circunstancia errónea te altere, porque tu naturaleza es la expresión del Amor. No permitas que la pureza del amor que expresas sea adulterada, manchada o perturbada por circunstancia alguna”.
Dios, la Vida misma, me ha enseñado esto, así como también el ejemplo de personas que han tenido una buena influencia en mi educación moral y espiritual. Es como ver la pureza de esa joya que brilla aun en medio del barro que pareciera envolverla.
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