Ya sea que expresemos amor o que lo recibamos, siempre que sea desinteresado, sincero y puro, ese amor bendice, protege y sana, pues es una expresión del Amor divino. Continuamente me recuerdo a mí misma: “No importa si es o no correspondido, no importa lo que hagan, digan o piensen los demás, si es erróneo, nada es, amar es lo único que cuenta.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!