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Testimonios

Del número de marzo de 2013 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Originalmente publicado en el Christian Science Journal de Marzo de 2013.


 Dar testimonios útiles en una iglesia de la Ciencia Cristiana, puede parecer difícil. Por ejemplo, recuerdo haber escuchado que unas personas le dijeron a un miembro de la iglesia que sus testimonios eran demasiado personales. Pensando en mejorar, la próxima vez que dio un testimonio decidió no decir “mi esposa”. En lugar de eso dijo: “La semana pasada, me desperté muy preocupado. Así que, me volví a la mujer que estaba acostada en la cama junto a mí…” 

Es importante escuchar a Dios, para saber si se debe dar un testimonio o no, y si es así, qué decir. También incluye escuchar para apoyar los testimonios que relatan los demás. Los buenos testimonios surgen cuando los presentes escuchan juntos.  

En una reunión de testimonios, todos tienen la oportunidad de contar las experiencias tan únicas que han tenido en su vida de la gracia y el poder sanador de Dios, y la renovada percepción espiritual que han adquirido, para transmitir su alegría y gratitud. Compartir todas esas experiencias puede traer curación a los oyentes. En Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras por Mary Baker Eddy, una persona cuenta cómo un relato que escuchó  en una reunión de testimonios sobre cómo una mujer salvó su matrimonio, trajo paz a su “desdichado hogar” (véanse págs. 638-639). 

Estas son algunas recomendaciones para dar buenos testimonios: 

Habla claramente. Piensa que tu vecino asistirá a la reunión, entonces hablarás naturalmente de una forma que sea fácil de entender. Una amiga llevó a otra amiga a una reunión de testimonios donde alguien contó que había sido sanado de una creencia de gripe. Más tarde su amiga le comentó que, a diferencia del testificante, ella había tenido una verdadera gripe. Evitar el uso de la jerga de la Ciencia Cristiana, o por lo menos explicar un término como es creencia, ayuda a incluir a todos.  

Sé breve. Resumir experiencias largas y complejas para permitir que más gente dé su testimonio, puede ser difícil. En una ocasión di un testimonio sobre un día en que me quedé colgado al tratar de trepar por encima de una cerca de alambre de 2 metros de alto. Mi ropa era muy liviana, y estábamos en medio del frío invierno de Canadá, y no había nadie cerca. Ocurrió que quedé suspendido de mis pantalones de gimnasia con la cabeza para abajo. Después de orar durante 15 minutos, finalmente pude liberarme. Si bien lo quise contar en detalle, lo podría haber hecho en la cuarta parte del tiempo. 

Sé sincero. Habla con el corazón. Si organizas tus pensamientos y lo que vas a decir antes de testificar, puedes lograr que tu sinceridad se exprese de una manera clara y concreta. Recuerda, es el amor que sientes por Dios y el hombre lo que contribuye a la atmósfera sanadora de la reunión. 

Los buenos testimonios hacen que las reuniones de testimonio sean buenas; reuniones que atraen a la gente y sanan.

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