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El Principio omnipresente

Del número de agosto de 2013 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


En vista de los desafíos económicos y sociales que enfrentan los países alrededor del mundo actualmente, puede ser oportuno reflexionar sobre Dios como Principio divino.

En su libro Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, Mary Baker Eddy da los siete sinónimos de Dios basados en la Biblia: Principio, Espíritu, Vida, Verdad, Amor, Alma y Mente. Principio representa las leyes o verdades divinas fundamentales que gobiernan y rigen toda la creación espiritual, desde la semilla más pequeña, hasta la galaxia más grande. El Principio también incluye las cualidades espirituales con las que la Mente infinita creó el universo y todo lo que en él hay, incluso el hombre.

En Ciencia y Salud leemos: “El Principio-Dios es omnipresente y omnipotente. Dios está en todas partes, y nada fuera de Él está presente ni tiene poder” (pág. 473). Como Dios es Todo-en-todo y llena todo el espacio, no hay lugar donde el mal pueda estar en ninguna forma. Si Dios, el Principio divino, es el bien, entonces Sus leyes tienen que ser buenas y sólo pueden gobernarnos con armonía y justicia, amor y sabiduría. 

Si confiamos en las teorías, estadísticas y opiniones humanas, también aceptamos sus limitaciones y sentido de escasez. Mientras que tomar consciencia de que la fuente de nuestro ser es Dios Mismo, nos ayuda a comprender que sólo las leyes divinas pueden tener vigencia en nuestra vida. Es evidente que Dios, el Amor divino, quien ha bendecido a Sus hijos con tantas cualidades espirituales, conocimiento y habilidades, jamás crearía a Sus hijos para sufrir, estar desempleados o para tener la necesidad de mendigar. Estas leyes divinas incluyen nuestro derecho a ser sanos, a vivir y trabajar en un ambiente justo y armonioso, a expresar alegría. 

La creación de Dios es perfecta y completa. Ya incluye todo lo que podamos necesitar ahora y para toda la eternidad. “Sobre aquello no se añadirá, ni de ello se disminuirá” (Eclesiastés 3:14). Está por siempre en el punto exacto de la perfección, de la abundancia de bien, de posibilidades infinitas. Todo lo que necesitamos ya está presente, y mediante nuestra creciente comprensión de las leyes del bien, y de nosotros mismos como los hijos del Principio divino, podemos tomar consciencia de esta verdad.

Entonces, ¿qué ley vas a aceptar en tu pensamiento?


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