Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer
Artículo de portada

Unión Europea: ¿Qué se necesita realmente?

Del número de agosto de 2013 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Publicado originalmente en el Christian Science Sentinel del 24 de junio de 2013.


Muchos europeos consideran que es un milagro que el continente haya llegado tan lejos desde que terminó la Segunda Guerra Mundial. En lugar de tener relaciones hostiles y aprensivas, los miembros de la Unión Europea (UE), algunos de los cuales eran enconados enemigos durante la guerra, hace muchos años que tienen relaciones comerciales y una colaboración pacífica. En 1999 varios países de la UE formaron una unión monetaria y desde entonces diecisiete países han adoptado el Euro. Los continuos problemas financieros en algunas de las naciones de la Eurozona, presentan serios desafíos para todos colectivamente y podrían tener un impacto en la economía mundial. En este artículo, escritores de Europa comentan sobre las percepciones espirituales que han obtenido en sus oraciones y también describen algunas de las condiciones en Europa por las que es necesario orar.

Michaela von Burski escribe desde Alemania y observa: Algunas personas y organizaciones con visión para alcanzar la paz mundial, propusieron el concepto de una Europa unida después de la Segunda Guerra Mundial. Entre ellos estaba el Dr. Frank Buchman, fundador del Re-Armamento Moral (MRA por sus siglas en inglés), el cual ayudó a construir puentes de amistad entre los dos adversarios, Alemania y Francia, y promovió la idea de que para alcanzar una paz estable y la cooperación entre las naciones, tenía que haber un fundamento ético y moral. 

Hoy, Europa enfrenta muchos desafíos económicos y políticos, y el hecho de que la moralidad y la ética tengan un papel más importante, puede ayudarnos. En lugar de aceptar la corrupción, el pensamiento limitado y la falta de disposición al cambio como si fueran una realidad, nuestras oraciones pueden rechazar estos rasgos de carácter como imposiciones e insistir que el gobierno de Dios prevalece. Aun bajo las abrumadoras circunstancias económicas que afectan a algunos países de la Eurozona, es posible tener actitudes y acciones constructivas y armoniosas cuando somos inspirados por esta visión más grandiosa del amor de Dios por la humanidad.

La honestidad, la integridad y el estar dispuestos a tener un pensamiento receptivo por el bienestar de nuestro prójimo, son cualidades que vale la pena valorar. Como señaló el presidente alemán en su discurso de Navidad para 2012: “En el lenguaje de la política, es solidaridad, en el lenguaje de la religión, es benevolencia (“Nächstenliebe”), y en el corazón de las personas, es amor. 

Se requiere valor para salir de nuestra posición cómoda y sacrificarse con alegría por el bien común. Mary Baker Eddy describe este fundamento espiritual y enfoque práctico maravillosamente: “Dios da la idea menor de Sí mismo como un eslabón para la mayor, y a cambio, la superior siempre protege la inferior. Los ricos en espíritu ayudan a los pobres en una gran hermandad, teniendo todos el mismo Principio, o Padre; y bendito es ese hombre que ve la necesidad de su hermano y la satisface, buscando su propio bien en el ajeno” (Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, pág. 518).

La paz y la unidad son una base poderosa para el crecimiento, el bienestar y la felicidad, tanto individual como colectiva. Y hay ocasiones, como esta, cuando necesitamos defender con energía la paz y la unidad, particularmente ante la situación prevaleciente en la Eurozona.  

Myriam Betouche (Francia) dice: Muchos observadores creen que estamos estancados en el medio. La Eurozona tiene una sola moneda, pero carece de regulaciones fiscales o laborales, y de coordinación entre sus miembros para preparar el presupuesto. Esto es muy penoso para los países del sur que ya han tenido que aplicar medidas de austeridad y no han visto mucho progreso para que su gente pueda volver a tener buenas condiciones de vida.

En verdad, la oración es una fuerza para el bien que no conoce fronteras.

Cuando cruzamos un río, es muy peligroso detenerse en el medio. O bien, tenemos el valor para seguir adelante, o nos regresamos. Pero cuando has llegado hasta la mitad, por lo general es mejor terminar de cruzar, aunque no sea fácil. Al final cosechas la recompensa por tu esfuerzo. Para mí esta declaración de Ciencia y Salud apoya este punto: “Una etapa de inestabilidad y de transición es, de por sí, indeseable” (pág. 65).

Además de la necesidad de que líderes valerosos guíen a las naciones “a través del río” para encontrar soluciones juntos, nadie puede ignorar la forma en que ha cambiado el mundo y continuar viviendo dentro del “museo” del pasado. 

Otro peligro es que algunos dejen la Eurozona debido a la manipulación política de extremistas, tanto de derecha como de izquierda. Cada país tiene que hacer sus concesiones y ser flexibles para trabajar dentro de los diferentes sistemas de gobierno y apoyar a los ciudadanos en todos los países de la UE. 

Estas palabras de la Sra. Eddy pueden traer inspiración a nuestras oraciones: “Todo lo bueno que he escrito, enseñado o vivido ha sido el resultado de la cruz que he llevado, del olvido de mí misma, y de mi fe en el bien. El sufrimiento o la Ciencia, o ambos, en la proporción en que sus instrucciones son asimiladas, señalarán el camino, abreviarán el proceso, y harán fructificar los goces que se experimentan al aceptar los métodos del Amor divino” (Escritos Misceláneos 1883-1896, pág. 213). Los métodos del Amor divino no llevan al extremismo nacionalista ni a la glorificación de “los viejos tiempos”, ni a que las naciones “ricas” se separen de las “pobres”, puesto que todas se necesitan las unas a las otras para alcanzar no sólo la prosperidad material, sino también para proporcionar la diversidad de identidades, idiomas y culturas que caracterizan y enriquecen Europa. 

También es necesario superar los temores que manifiestan las distintas naciones: el temor a perder su identidad e independencia, a perder sus raíces, historia y cultura, a medida que la inmigración cambie la mezcla de gente en las naciones. 

Como dice Ciencia y Salud: “Este sentido científico del ser, que abandona la materia por el Espíritu, de ningún modo sugiere la absorción del hombre en la Deidad y la pérdida de su identidad, sino que confiere al hombre una individualidad ampliada, una esfera de pensamiento y acción más extensa, un amor más expansivo, una paz más elevada y más permanente” (pág. 265).

Elizabeth Mata (España) comenta: La oración al único Dios, la Vida y el Amor divinos, abre el corazón para que sea receptivo a la infinitud del bien que está disponible para todos y revela la respuesta a cada necesidad. En verdad, la oración es una fuerza para el bien que no conoce fronteras. Esta luz divina atraviesa la oscuridad del pensamiento humano limitado acerca de las culturas y las naciones. Elimina la tentación de aferrarse a los puntos de vista del pasado que rechazan el cambio para el progreso y sugeriría un futuro negativo. 

A mí me ha resultado útil saber que la luz del Cristo —la luz de la curación y el poder liberador de Dios— está penetrando los oscuros y confusos conceptos y leyes materiales que impedirían a las personas y a los gobiernos saber cómo avanzar.  

En lo más profundo de cada uno de nosotros está el deseo de progresar. Ese es el poder del Amor en acción que despoja a la negatividad de su vigor, y libera al pensamiento estancado en el temor de perder lo que se tiene o de nunca tener lo suficiente. 

En las relaciones personales se requiere esfuerzo, paciencia, compromiso y estar dispuesto a dejar de lado nuestras propias opiniones. La demanda no es menos necesaria a nivel de los ciudadanos de todas las culturas en general, que se relacionan los unos con los otros, incluso a nivel gubernamental e institucional. Una mayor confianza puede elevar el pensamiento y confirmar que la corrupción, el engaño y todas las formas de mal carecen de poder. 

De modo que, ¿qué es esta confianza? La convicción de que Dios gobierna. “Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal” (Proverbios 3:5-7). Me resulta útil orar para saber que Dios puede abrir mis ojos y los de mi prójimo cercano y lejano, para percibir las poderosas admoniciones y bendiciones que contiene este versículo. 

Aceptar en oración —y sin reservas— que Dios nos ha hecho a cada uno inseparable de Su inteligencia, comprensión y serenidad, puede impulsar a que con valentía se den los pasos necesarios y se hagan grandes progresos en asuntos globales, incluso en los desafíos que la Eurozona está enfrentando. 

Podemos orar para saber que la luz del Cristo está presente en cada uno de nosotros para destruir la falsa confianza en los conceptos religiosos, políticos, sociales y económicos que promueven la complacencia y bloquean el progreso. 

Al mismo tiempo, el Cristo está haciendo surgir la confianza que se apoya incondicionalmente en Dios como el único poder y presencia. Habla directamente a las personas y, por lo tanto, a las naciones y gobiernos. Es natural que los hijos de Dios —todo hombre, mujer y niño— confíe en la dirección de Dios a medida que guía a cada uno por el camino correcto. Esta promesa fue verdad para la época de Isaías y es verdad para nosotros también: “Tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda” (Isaías 30:21).

Confiar en esta promesa bendecirá nuestras propias vidas y a todo aquel que se está esforzando por resolver los problemas de la Eurozona.

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / agosto de 2013

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.