Mientras leía The Christian Science Monitor en línea, me invitaron a participar en una encuesta sobre el uso civil de aviones no tripulados. Después de algunas preguntas sobre mis puntos de vista, la encuesta terminó pidiéndome que me calificara a mí misma en una escala de “muy liberal” a “muy conservador”. La última opción de la lista me hizo detener: “apolítico”.
El mismo mes que Mary Baker Eddy lanzó el Monitor, un diario de Boston le preguntó cuáles eran sus ideas políticas. Ella respondió, “En realidad no tengo ninguna, sino la de apoyar a un gobierno justo, amar a Dios supremamente y a mi prójimo como a mí misma” (La Primera Iglesia de Cristo, Científico, y Miscelánea, pág 276).
¡Esa es una definición de “apolítico” que me gustaría reivindicar! Es difícil pensar en una mejor manera de contribuir a la paz en el tierra y la buena voluntad para con los hombres (véase Lucas 2:14). Y estoy muy agradecida porque la lectura regular del Monitor me está ayudando (y sospecho que también a muchos otros) a alcanzar un fervor más espiritual, un deseo de leer las noticias para entender las cuestiones morales fundamentales de una situación, y a orar desinteresadamente para que haya curación.
El año pasado el Monitor cubrió un tema por el que tenía opiniones categóricas desde hacía mucho tiempo. Su enfoque equilibrado me educó respecto a por qué otros, en el lado opuesto, tienen opiniones diferentes igualmente firmes. Las entrevistas con personas comunes y corrientes con experiencias de vida muy distintas a la mía, me mostraron que eran buenas personas luchando contra ciertos temores. Esto me motivó a orar y a saber que el amor de Dios disuelve el miedo, en lugar de criticar su posición.
Casi dos años después del lanzamiento del Monitor, la Sra. Eddy escribió en su diario: “Me siento en silencio a solas en mi habitación conversando con el mundo, y…el bien en el hombre me conforta…” El malhechor, por otro lado, “no tiene ninguna secta, ni mente, ni poder…” Entonces ella preguntó: “¿Quién cree lo que he escrito? Aquel que ha experimentado el mayor Bien. ¿Quién no cree en ello? Aquel que teme más el mal. ¿Cuál es el remedio para esta creencia? Es la experiencia, puesto que cada momento, hora y día de la existencia mortal nos acerca más, a cada uno de nosotros, a la comprensión de la nada del mal en proporción a nuestra comprensión de la totalidad del bien” (A10355, Colección Mary Baker Eddy, La Biblioteca Mary Baker Eddy).
Por medio de textos e imágenes, The Christian Science Monitor permite a los lectores experimentar el bien que hay en las personas de todo el mundo. Cuanto más comprendamos que el bien es lo normal, más valor tendremos para enfrentar y superar el mal que parece tan poderoso. Algunas personas que aman la Ciencia Cristiana dicen que no leen el Monitor porque es demasiado liberal o demasiado conservador. Pero yo creo que a medida que nos acerquemos a una visión no política que solo desea sanar, el compromiso del Monitor de dar a los lectores la experiencia del bien será una atracción irresistible para leerlo.
